Como país tenemos una marcada inclinación a dar vueltas a problemas medulares sin acometer acciones concretas en el corto y mediano plazo con base en datos conocidos y medios y logística disponibles. Ahora, por ejemplo, escuchamos hablar de un pacto nacional por la seguridad vial. La intención es buena, valga decir, pero si queremos disminuir la siniestralidad vial que preocupa a todos, lo que hay que hacer es aplicar controles y el régimen de consecuencia que establecen las leyes. En el tránsito hay todo un desorden con conductores de manejo descuidado y temerario, que ignoran las señales con total descaro. Intersecciones bloqueadas, parqueos en cualquier lugar, y mucho más. Tremendo caos.