Efectivamente, como se ha quejado el Movimiento Feminista Hermanas Mirabal en ocasión de los tantos feminicidios ya registrados este año, las mujeres están totalmente desprotegidas en ese sentido y cuando una decide no continuar con una relación sentimental, está condenada a muerte. No hay política de protección. Las autoridades no cumplen su deber de protegerlas. No importa cuánto denuncien estar en peligro de muerte. Órdenes de alejamiento o restricción de nada sirven. Cuántos feminicidios pudieran evitarse si las autoridades actuaran preventivamente, en vez de esperar a que se cumpla la amenaza de muerte, para entonces reaccionar persiguiendo penalmente al feminicida. ¿Y la vida perdida y los huérfanos? ¡Hasta cuándo, Dios!