Diputados y senadores tienen privilegios que nos irritan, entre ellos exoneraciones para importar vehículos, que es tema recurrente, y a ellos les disgusta. La semana pasada les criticamos nuevamente por eso y se molestaron. Pero no pueden culparnos si lo hacemos y menos ahora. Lo de las exoneraciones cobra más relevancia por el fracaso de la reforma fiscal. La coyuntura actual es de gobierno en estrechez financiera y que tiene que hacer malabares presupuestarios, como quitarles presupuesto a algunas dependencias para aumentarles el salario a los médicos, por ejemplo. La falta de esos “chelitos” se siente ahora más, pero esos privilegios congresuales parecen ser causa perdida. ¡Duele mucho esa conclusion!