Desaparecida la Unión Soviética (URSS) y concluida la Guerra Fría, se suponía que la OTAN, la alianza militar de 30 países europeos y 2 norteamericanos que hacía de freno a la amenaza que representaba la URSS, no tenía ya razón de ser y sería disuelta. Pero fue mantenida porque pese a disipación de amenaza comunista, seguía habiendo intereses de seguridad. En 2004 se decidió extender la OTAN hacia el este, lo que a Rusia no le cayó nada bien. Lo consideró una amenaza a su seguridad, y la cuestión desembocó finalmente en la agresión a Ucrania por parte de Rusia, regida por el autócrata Vladimir Putin. Para intranquilidad de Europa, especialmente la oriental.