Los bomberos en la mayoría de los países son grupos entrenados que cuentan con múltiples facilidades, no sólo para enfrentar incendios sino para prestar sus servicios ante cualquier tragedia que pueda poner en riesgo vidas humanas y bienes.
Nosotros, como los demás países, contamos con innumerables cuerpos de bomberos en cada municipio que tenga los recursos, aunque de forma precaria, para mantener este importante servicio.
Desgraciadamente, debido al populismo tan característico en nuestro país, el territorio nacional se ha venido subdividiendo de una forma tal que tenemos más provincias y municipios que países que son muchas veces más grandes que nosotros.
La inmensa cantidad de municipios y distritos municipales han reducido la capacidad de los alcaldes de atender los servicios que demanda una población, cada vez más creciente y precisamente esto hace que los riesgos sean mayores cada día.
Cada municipio y distrito municipal cuenta con regidores que demandan salarios, vehículos, choferes y sin duda que les coloquen seguidores en el ayuntamiento.
Pensar que en nuestro país existen 158 municipios y 234 distritos municipales, que sumados totalizan 392 y si asumimos un promedio de cinco regidores tenemos la cantidad de 1026, que sin dudas son muchos más.
Estos 392 municipios y distritos municipales con regidores y empleomanía en exceso, están cada uno para atender una población promedio de 25,380 habitantes.
Los promedios no reflejan la realidad, pues mientras unos ayuntamientos como el Distrito Nacional y Santiago tienen poblaciones de cerca de tres millones el primero y Santiago cerca ya de dos millones, lo cierto es que la excesiva división de un pequeño país de apenas 48,000 kilómetros cuadrados ha mermado la capacidad de los alcaldes de atender los reclamos crecientes de una población cada vez más numerosa.
Todos estos gastos se van en nóminas, vehículos, combustible y hoyos negros y son los que evitan que se invierta en cuerpos de bomberos con equipos y apropiadamente tecnificados.
Este ha sido un año de incendios importantes, Almacenes Iberia, Termo Envases, Plaza Lama, Multiquímica y para cerrar el año, el Estadio Quisqueya. Esto sin contar con los incendios de viviendas y otras instalaciones menores donde los bomberos han acudido rápidamente con lo poco que cuentan.
El desarrollo de nuestros municipios y de nuestra capital ha sido caótico, no es la responsabilidad de una administración sino el deterioro paulatino de las leyes y resoluciones municipales, algo que es posible cambiar y mejorar si todos ponemos de nuestra parte.
Se construyen altas torres sin estacionamientos suficientes, no se cumplen reglamentos contra incendios, hemos olvidado la necesidad de hidrantes y cuando ocurre un incendio los bomberos deben correr como locos para conseguir agua para sofocar el siniestro.
En muchos casos hay que llamar a la CAASD, que aún cuando abre ciertas tomas de agua con prontitud se pierde un tiempo precioso y los incendios terminan por consumirlo todo, no por ineficiencia de los bomberos, sino por no contar con los elementos necesarios.
En el caso del incendio del Estadio Quisqueya fue difícil llegar a una altura de tres pisos porque los escasos equipos de los bomberos no tienen escaleras suficientemente altas.
¿Qué sucedería en una torre de desatarse un incendio en un piso décimo? Escasean los carros con espuma, necesarios para fuegos que no son posible de extinguir con agua.
¿Qué hará falta para poner atención a esta grave situación? Nuestros bomberos son héroes, con salarios de miseria, que no dudan en arriesgar sus vidas. Fui testigo de primera línea cuando nos afectó el incendio en nuestra planta el 4 de septiembre del pasado año.
Los he visto actuando cuando ocurre un accidente en nuestras carreteras, algo usual en un país donde no respetamos las leyes de tránsito ni hacemos nada porque se respeten.
No esperemos más, hagamos como el 911 o como el eficiente Programa de Asistencia Vial en las carreteras, de parte del Ministerio de Obras Públicas. En Haina los empresarios estamos decididos a apoyar nuestro cuerpo de bomberos, pero debe ser una política donde trabajemos juntos la iniciativa pública-privada. Ojalá sea uno de los logros del 2018.