Así tituló la revista norteamericana TIME en mayo de 1990 lo que tendría lugar en las elecciones del 16 de mayo de ese año en República Dominicana, en la cual se enfrentaban Joaquín Balaguer, de 82 años, “ciego con glaucoma”, quien buscaba la reelección después de haber retornado al poder en 1986, y Juan Bosch, de 80 años, a quien la revista tildaba como el expresidente marxista que ahora abrazaba el capitalismo como sistema para sanear la economía del país. ¿Responsable? La incapacidad de los dos líderes políticos más jóvenes, José Francisco Peña Gómez, 53 años, y Jacobo Majluta, 56 años, de llegar a un acuerdo para que su partido, el PRD, fuese unificado a las elecciones con el candidato que resultase victorioso en la convención interna. Fueron divididos y perdieron.
“Parece que el dinosaurio de mayor edad”, Joaquín Balaguer, “ha ganado”. Así le manifestó un encuestador dominicano a TIME para su nuevo reportaje del 28 de mayo de 1990. TIME tenía razón al titular la contienda electoral dominicana de esa manera. Resultaba desconcertante para el resto del mundo que en República Dominicana la dirección del Estado se la estuviesen disputando dos octogenarios, uno que había perdido la vista y otro que reflejaba tener lapsus mentales preocupantes que, en cualquier país del mundo, serían una clara evidencia de su incapacidad para gobernar.
La batalla, como señalamos, fue ganada por el dinosaurio más viejo. Lo que sucedió después debió haber merecido una novela del gran autor norteamericano Michael Crichton, cuyo magnum opus, Jurassic Park, sirvió de guion a la película con el mismo título dirigida por Steven Spielberg que se estrenó el 9 de junio de 1993. El Balaguersaurio, consciente que la combinación del dilatado proteccionismo y las inmensas emisiones del Banco Central para financiar el déficit del Gobierno aseguraban la entrada de nuestra economía a un estado cuasi-jurásico, ejecutó el más ambicioso y espectacular conjunto de reformas estructurales y de estabilización macroeconómica, hasta el punto que la mayor parte del progreso económico y social que ha registrado la República Dominicana en las últimas tres décadas, se lo debemos a la clara visión del octogenario y ciego Presidente que comprendió lo que había que hacer para evitar el colapso de la economía de la nación y sentar las bases para lo que muchos han denominado como “el milagro económico dominicano”.
Treinta y cuatro años después de aquella gran batalla de dinosaurios en la pequeña geografía caribeña, otra batalla de dinosaurios parece que tendrá lugar este año en otro lugar del Continente. En este momento nos atrevemos a pensar que la revista TIME debe estar retorciéndose en la incredulidad al verse identificada en la letra de la salsa Pedro Navaja de Rubén Blades cuando advierte “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”. Si lo que sucedió en República Dominicana en 1990 llevó a TIME a denominarla como La Batalla de los Dinosaurios, ¿cómo podría definirse la contienda electoral a la que parece encaminarse la nación más poderosa del mundo pautada para el 5 de noviembre de este año? Por un lado, el actual presidente Joe Biden, de 82 años, con evidentes señales de deterioro de su salud mental, algo común entre los octogenarios, quien trata de lograr su reelección. Por el otro, el expresidente Donald Trump, de 78 años al día de las elecciones, quien contra viento, marea y oleadas de casos abiertos contra él en la justicia, ha recibido al día de hoy el respaldo de dos de los aspirantes republicanos que han abandonado la carrera por la candidatura, Vivek Ramaswamy y Ron DeSantis, y solo tiene de frente a Nikki Haley que, según los expertos, podría anunciar su retiro luego de la primarias de Carolina del Sur pautadas para el próximo 24 de febrero. Las posibilidades de triunfo de Trump son elevadas si se tiene en cuenta que el nivel de aprobación que tiene actualmente el presidente Biden (39.1%) es más bajo que el que exhibían al día 1,102 de su administración, los presidentes Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush, Clinton, Bush, Obama y Trump. Como leyeron, el más bajo de todos.
Esta batalla de los dinosaurios en los Estados Unidos tendrá lugar en un momento en que el mundo se encamina a paso firme hacia el renacimiento de la Guerra Fría inducida por el aparente tránsito desde el mundo unipolar que emergió luego de la caída del Muro de Berlín hacia otro bi-polar conformado por dos bloques de países, los creyentes y promotores de la democracia liberal y los defensores y practicantes de la autocracia personal o de partido único, bloques que han abrazado ambos, con algunas diferencias, el capitalismo y la economía de mercado. Como si esto fuera poco, el ganador de la batalla del 5 de noviembre tendrá que hacer frente a una sorprendente Guerra Caliente a lo interno de los Estados Unidos. Ambas, las fuerzas liberales como las conservadoras, han sido haladas por los polos extremistas de la izquierda y la derecha, respectivamente, dejando sin huéspedes el edificio del centro político que operó como sede de los acuerdos que contribuyeron a la creación de la nación más exitosa y poderosa del mundo.
Mientras Trump culpará a Biden por la invasión sin precedentes de millones de inmigrantes ilegales, Biden responsabilizará a Trump por la revocación de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos de la garantía constitucional de acceso al aborto en esa nación. Claro que se hablará del estado de la economía, de la elevada inflación, del aterrizaje suave sin recesión, de la creación de empleos, del enorme déficit fiscal y la creciente deuda pública estadounidenses, de la gran incertidumbre mundial a raíz de la guerra ruso-ucraniana, la guerra Israel-Hamás, y la amenaza de una posible invasión de China a su provincia de Taiwán. Pero no nos engañemos, el Tirantrumpsaurio-Rex demostrará su ferocidad ante los riesgos de la inmigración ilegal sin precedentes que ha desarticulado ciudades, inhabilitado aeropuertos y acercado de nuevo a los Estados Unidos a una nueva Guerra Civil. Solo la ciudad de New York paga, con dinero de los contribuyentes, más de US$900 millones mensuales a los hoteles de Manhattan para alojar a miles de inmigrantes ilegales. El Bidenosaurio, por su parte, tratará de concitar el apoyo de todas las mujeres estadounidenses para golpear con fuerza al Tirantrumpsaurio que, al conformar una Suprema Corte de Justicia con mayoría conservadora, inevitablemente se le pega la eliminación de la garantía constitucional de acceso al aborto que consignó la decisión histórica Roe-Wade de la Suprema Corte de Justicia del 22 de enero de 1973.
La batalla de nuestros dinosaurios en 1990 derivó en un resultado altamente beneficioso para el progreso económico, social e institucional de República Dominicana, en gran parte porque en nuestra nación el centro acogía al 98% del espectro político. Quisiéramos un resultado similar para los Estados Unidos luego de la contienda del 5 de noviembre de este año. Lamentablemente, en un país secuestrado por las posiciones extremas y un centro prácticamente vacío, las perspectivas para la nación más admirada por los dominicanos no son favorables.