Desde niño aprendí a apreciar el poder de hasta una mano de pintura para embellecer un área grande o pequeña, ya que mi padre era maestro de pintura de brocha gorda, como suele decirse para diferenciar esa tarea de la de los artistas del pincel.
A partir de ese amor por la belleza de una zona bien pintada y limpia, he observado desde hace tiempo el descuido de edificaciones en varias zonas del Gran Santo Domingo. Pero específicamente miro con preocupación la fealdad visual que muestran grandes residenciales, por la dejadez de sus habitantes en el mantenimiento de la pintura exterior.
Entre las unidades habitacionales afectadas por esa situación, están las de Invivienda Santo Domingo. Estas recobran su esplendor gracias a la iniciada terminación y remozamiento de ese proyecto por parte del Gobierno del presidente Luis Abinader, con una inversión de RD$300 millones, que incluye la pintura exterior de 377 edificios.
Otros edificios que requieren pintura son los ubicados en el Quinto Centenario, construidos en uno de los gobiernos del presidente Joaquín Balaguer.
Las autoridades municipales deberían imitar la positiva labor iniciada en Invivienda Santo Domingo por el Gobierno Central y ejecutar un plan de rescate y embellecimiento de edificaciones, siempre en coordinación y con la responsabilidad compartida de los propietarios de las viviendas.
Ese plan puede contemplar alianzas de responsabilidad social con fabricantes e importadores de pinturas y otros insumos necesarios.
Esa actividad puede conllevar también la realización de grandes murales con mensajes bellos, positivos y alusivos a las zonas, así como campañas de concientización sobre la importancia de no ensuciar para no limpiar.
Ya tenemos una experiencia. El reciente remozamiento y ordenamiento de la Duarte con Paris incluyó la pintura exterior de edificios de ese entorno.
Autoridades municipales, líderes comunitarios y vecinos de esos lugares, anímense y volvamos coloridos y agradables nuestros entornos solo con una mano de pintura y un poco de conciencia de sus habitantes sobre el tratamiento de los desechos. Construyamos ciudades más atractivas para nosotros, los turistas nacionales y extranjeros.