A Roberto Álvarez, nuesto correcto y efectivo canciller
Ayer me embargó y me brotó la emoción al ver flameando en el Malecón las hermosas banderas que representan a los 22 países invitados a la Cumbre Iberoamericana, deseando que ojalá pudieran alguna noche bailar en la calle, hasta que amanezca.
Demos la bienvenida a nuestros visitantes con la exuberancia cautivadora de Loma Novillero, Loma Miranda y las erectas protuberancias de Los Haitises, en La Chorreosa, de Valle Nuevo, donde duerme nerviosa la Madre de las Aguas.
Que aspiren las mejores fragancias de las flores de Constanza, las hortensias de Bonao y los más encendidos framboyanes de Altamira.
Vamos a recibirlos con la subyugante belleza de las mozas serranas, el cazabe y las mecedoras de Monción, la yuca mocana, los sabrosos plátanos de Tamayo y Vicente Noble, con aguacates de Puerto Plata.
Con los frescos y acariciadores aires de Jarabacoa, el friito de Constanza, la calidez con que jalan los de Ciudad Corazón, los estallidos de algarabía de escolares de Gualey, Guachupita y Las Cañitas.
Recibámoslos con cazabe y mecedoras de Monción, chicharrones de Villa Mella, chivos linieros bien oreganeados, chenchén del Sur y pescado frito y yaniqueques de Boca Chica. Que caigan por las hermosas playas de San Rafael, Los Patos, y Bahía de las Águilas, bajen al hoyo de Pelempico, se paseen por las interminables y bellas playas del Este, que suban los empinados Pico Duarte e Isabel de Torre.
Metámoslos a brillar la hebilla con perico ripiao de Cibao Adentro, o con un merengue liniero, a darle morboso gusto al cuerpo con las melodías sinuosas de nuestras bachatas, que lleguen a Villa a bailar alegres con Sergio. ¿Algún problema?
A Vengan a Ver, por Jimaní, mirar deslumbrados a Miracielos, a Los Guloyas de San Pedro, el variopinto carnaval de La Vega, La Muerte en Coche, Roba la Gallina, Los Cachúas de Cabral, Los Indios, en el pimentoso carnaval capitaleño y Los violentos Lechones de Los Pepines.
Llevémoslos a columbrar las respetables guasábaras del Sur y de la Línea, el fecundo granero de San Juan, a que suban por Juan Adrián, pasen por Rancho Arriba y Sabana Larga, para que vean cosa bella, y bajen a los mil invernaderos de Ocoa, que los espera limpia y bonita.
Que conozcan las Corridas de Toros de El Seibo, las piñas de Cotuí y Monte Plata, que los suban a Las Terrenas, donde Dios dejó dibujadas en vivo hermosísimas playas y los eleven a Montaña Redonda en Miches.
Que los lleven por las vueltas de San Francisco, entrando por sus hermosos arrozales, los asomen a Quita Espuela y los entren a los cacaotales inmensos donde las perdices vuelan de día y los machos velan la noche.
Que vean todo eso y mucho más, y sepan cómo estamos avanzando en democracia y contra la corrupción gubernamental y la impunidad.