Dentro de un mes será otra vez Semana Santa y se cumple un año del “robo” del boceto de Iván Tovar de una pared del Museo de las Casas Reales.
Frente a los que insisten en el olvido, existen quienes persisten en la memoria. O para decirlo con poesía, sirven estas dos décimas de Raúl Ferrer, mi viejo maestro y padre poético tituladas “Décima del tiempo tiempo”:
Me duele que pase el día, / no porque me ponga viejo, / ni por la tarde que dejo, / ni por su melancolía. / Me duele esa paz vacía / cuando la pude llenar / con la fiesta de luchar, / el trabajo, la visita / y con la suerte infinita / de las cosas por crear.
Ah, pero a veces sucede / que buscamos tiempo y no / lo encontramos porque lo / hemos escondido adrede. / Dejar el tiempo que ruede / para buscarlo después, / es una locura y es / jugar a perder la vida, / para ganar la partida / que el tiempo paga al revés.
Mientras unos juegan a la picardía, a la trampa, a la mediocridad de creerse más listos que los demás, el tiempo les espera implacable.
Mientras algunos creen que todos somos imbéciles, el tiempo paga al revés.
De aquel boceto de Iván Tovar el Ministerio de Cultura no se ha dignado de ofrecer ni siquiera un informito pequeñito más de la supuesta investigación.
El robo fue un escandalazo que han querido borrar con la apuesta al olvido. Como quien limpia la suciedad y la mete debajo de la alfombra.
El robo no fue un robo cualquiera, sobre todo porque formó paret de la muy sonada inmersiva que se hacía a diez pasos de allí. Para la cual esa exposición era un complemento.
Si no tenía valor siguiera sentimental, ¿para qué se exponía el boceto?
Es hora de exigir una respuesta a las autoridades de las supuestas investigaciones sobre la pérdida del boceto de Iván Tovar.
¿O vamos a tener que esperar otro año más, otra Semana Santa para que alguien aunque sea balbucee un mea culpa, o una autocrítica? Botar el sofá no arregló nada. ¿Acaso lo que querían era hacer saltar por los aires a la entonces directora del museo?