Cada día las carreras son más largas. Veo a los médicos que pasan tanto tiempo preparándose en las aulas y hospitales. Cuando terminan la formación se dan cuenta que es solo el inicio… nunca pueden dejar de aprender.
Mientras otros, estando en su época de formación académica, consiguen una forma de ganarse la vida y terminan renunciando a los estudios, ya sea sin concluir la escuela, o más tarde abandonando la universidad.
Sé que algunos han ganado mucho dinero y aparentan no haber cursado estudios formales. Pero, ¿qué más formal y que otorgue más conocimiento que la observación diaria?
Hoy no tenemos que ir obligatoriamente a costosas universidades para aprender. Lo que no podemos es dejar de aprender.
Una persona con un negocio exitoso se pasa observando el comportamiento del mercado y de sus clientes. Aprende día a día o se lo come la competencia. Y me dirán: ¿Para eso no hay que ir a la universidad, Diego Sosa?
Estoy seguro que no, pero si aprende de administración, mercadeo, productividad, inteligencia emocional, ventas, etc., podrá sacarle mucho más provecho a su negocio y al éxito que éste tenga.
Está demostrado que el que no sigue aprendiendo desaprende. A tal punto, que la agilidad mental se mantiene siempre y cuando mantengamos la mente en movimiento. Bueno, hasta para contrarrestar los efectos de algunas enfermedades mentales se recomienda seguir aprendiendo.
¿Por qué algunos dejan de aprender?
Es más cómodo entrar en una zona de confort. Lo malo es que si no la ampliamos esa zona se convierte un día en zona de conformidad.
Hoy podemos estar ganando suficiente para vivir de acuerdo a lo que pensamos que es bueno. Si no aumentamos nuestro ingreso, a más tardar en dos años lo que ganemos no será suficiente para sentirnos confortables. Nos llegó el tiempo de la conformidad.
Inmediatamente afuera de la zona de confort está la zona de aprendizaje. Solo aprendiendo podemos aumentar nuestra zona para estar más confortables y tener mayor calidad de vida.