Heredia se define como una personas que no se detiene ante los desafíos que implica estar al frente de una institución
A Carmen Heredia Ottenwalder le queda a la perfección que la llamen “La dama del arte”. La pasión y defensa por la danza, el teatro y la música dominicana, por el arte y la cultura en sentido más amplio, siempre han marcado su vida, así como el amor y el cuidado con el que se dedica a la familia, que para ella está primero que todo.
Reconocida por su larga trayectoria de trabajo en el sector artístico del país, Heredia se define como una persona que no se detiene ante los desafíos que implica estar al frente de una institución o en el ejercicio de la crítica de teatro, danza y música, a la que le ha dedicado más de 40 años.
Antes de llegar a ser ministra de Cultura, se desempeñó como subdirectora del Museo de las Casas Reales, directora del Ballet Clásico Nacional, directora general de Bellas Artes, directora del Teatro Nacional y miembro del Consejo Ministerial de Cultura, instituciones en las que estampó su estilo y don de trabajo.
De estas funciones que le antecedieron a su actual cargo, su mayor satisfacción -afirma- fue ser directora del Teatro Nacional, “porque le da oportunidad a todas las artes” y “tuve la oportunidad de ser realmente una gestora cultural”. Al hablar de esta etapa, recuerda con entusiasmo la gala que produjo de los tres tenores: Luciano Pavarotti, Plácido Domingo y José Carreras, en el 2002.
1. Ciudad Colonial
Nací en la calle Colón #15 de Ciudad Trujillo. Al caer la tiranía la calle y la ciudad retomaron su nombre: Las Damas y Santo Domingo. En la época que yo nací, Trujillo le había cambiado el nombre de Las Damas y le había puesto Colón. De esa calle no tengo muchos recuerdos de infancia, ya que me mudé muy pequeña; todos mis recuerdos son a partir de mi segunda casa que fue en la calle Salomé Ureña. Ahí pasé toda mi infancia, tengo muchísimos recuerdos que, como te digo, lo podrán leer en el libro que voy a publicar, porque quiero dejar testimonio de toda aquella época…
2. Una familia multicultural
Vengo de un excelente hogar, mis padres (Mariano Heredia López y Concepción Ottenwalder) y mi hermano (Mario); además, me eduqué con mi abuelo paterno, español (Mariano Heredia Mendoza), él fue muy importante para mí. Tuve otro abuelo que conocí poco, porque murió siendo yo muy pequeña, aunque era el padre de mi madre (Antón Ottenwalder Lanmann), pero él era alemán, entonces me crié entre muchas culturas.
3. Momentos muy dolorosos
La muerte de mi abuelo paterno me afectó mucho. Nosotros nos criamos con él, y la gran pena fue que falleció cuando ya me había ido a los Estados Unidos. Cuando me despedí de él antes de mi partida, siendo yo tan joven, sabía que no lo volvería a ver (…) Esa primera muerte me afectó mucho, porque estaba en el extranjero; luego vino la muerte de mis padres, y por supuesto, son momentos muy dolorosos.
4. ¡Llegó Bosco de Nueva York!
Nos conocimos un 14 de septiembre de 1958, justamente él llegaba de los Estados Unidos. Nosotros vivíamos en Gascue y teníamos un pequeño baile de despedida de las vacaciones en la casa de Diana Cambiazo, una compañera y vecina. Estábamos ahí y alguien dijo: -¡Llegó Bosco de Nueva York!-. En esa época no se viajaba mucho, por lo tanto, el que venía de Estados Unidos siempre era bien recibido y más que él había residido en ese sector. Y en ese momento fue que lo conocí (…) A partir de ahí tuvimos un noviazgo largo, intermitente, porque él se fue para los Estados Unidos y después me fui yo. Luego nos casamos en 1964. Duramos 54 años de casados y para mí cada momento vivido en mi hogar ha sido sumamente importante, como las graduaciones de mis hijos, poder asistir a ellas para nosotros fue algo maravilloso; la llegada de mis nietos. En fin, esa es mi vida personal, gracias a Dios muy buena.
5. Bosco Guerrero, el padre ejemplar
En primer lugar, Bosco nos enseñó que la familia va primero que todo, la unión, el amor de unos con otros, la solidaridad entre ellos. Te podría decir tantas cosas. Una de las grandes satisfacciones que he tenido en este último año como ministra de Cultura es cuando voy a los pueblos y se me acercan para hablarme de Bosco Guerrero, porque él fue director de Bienestar Estudiantil de la UASD durante muchos años y a través de ese departamento hay una gran cantidad de jóvenes que hoy son profesionales, y eso para mí es una satisfacción y son recuerdos maravillosos.
6. La muerte de su esposo
Nos afectó no solamente la muerte (2019), sino todo lo que padecimos junto a él durante todo su per161odo de enfermedad. Fue muy fuerte, pero para mí fue algo muy aleccionador, en el sentido de yo poder comprobar cómo criamos nuestros hijos, cómo se comportaron ellos con su padre, de una manera increíble, hasta el último momento de su vida. Entonces, eso, dentro de la pena, te deja una satisfacción, de ver cómo has criado una familia verdaderamente unida. La gran dicha que he recibido de esta vida ha sido el nacimiento de mis cuatro hijos maravillosos y profesionales todos (Héctor Eduardo, Carmen Rossina, Bosco Mariano y Mario Alejandro).
Hemos sido una familia muy unida, porque gracias a Dios mis hijos vinieron de un buen hogar, conocieron su abuela, mi madre; en fin, para mi esposo y para mí la familia fue primero que nada.
7. Un día impactante
Paralelamente a mi vida como artista, como parte de la cultura, también está la política, porque siempre he sido política, ya que vengo de un hogar donde se respiraba, además de la cultura, la política. Mi papá fue un desafecto, como se le decía antes a los que eran enemigos de Trujillo, y yo me crie también en ese ambiente. Cuando me voy a los Estados Unidos, uno de los días que más impacto me causó en mi vida fue cuando recibimos la noticia de la muerte de Trujillo (30 de mayo de 1961), eso para mi fue maravilloso y fue un día inolvidable.
8. Su primer encuentro con la danza
En 1951 se presentó en el país la primera feria del libro, que fue el señor Postigo que la realizó en el Parque Colón. Ese domingo se presentó en el parque Colón un espectáculo de ballet de la profesora Magda Corbett, cuando vi esas jovencitas, esas niñas bailando juntas, yo quedé fascinada. Ese fue mi primer contacto con la danza clásica, y al otro día mi madre no tuvo más remedio que irme a inscribir a la academia de ballet. Ese fue mi primer encuentro con la danza, es un recuerdo inolvidable.
Paralelo a mi estudio de danza, estudié violín por 4 años. Mi hermano estudiaba teatro y fue un actor reconocido por muchos años. En mi casa se vivía un ambiente de cultura y de arte permanentemente. Mis padres eran amantes de la ópera, y tengo un tío, que fue Salvador Heredia, que ha sido el primer y único barítono de ópera, graduado en el Conservatorio de Santa Cecilia, en Roma.
El hogar es muy importante para la educación de un niño y nosotros nos criamos en un hogar verdaderamente de arte y cultura, donde se respiraba todo eso, así que para mi fue muy sencillo, por así decirlo, involucrarme de alguna manera con todo lo que era la cultura.
9. Pasión por la crítica de arte
Llego a la crítica de una manera muy especial y un momento inolvidable para mí, porque me encontraba en Bellas Artes viendo una función de ballet, y el señor que me quedaba al lado era don Rafael Herrera. Comenzamos a hablar de la función que estábamos viendo, él me preguntaba y yo le explicaba, y al final de la función él me dice: ‘¿Y por qué usted no me escribe todo eso que me ha comentado para publicarlo en el periódico?’. Yo le contesté: ‘bueno, yo voy a ver si lo puedo hacer’. Y efectivamente, ese fue mi primer artículo que se publicó en el periódico siendo don Rafael Herrera el director del Listín Diario, a quien le agradezco, porque fue quien me impulsó a hacer esto.
Otro momento que me llevó al teatro fue con Franklin Domínguez, un amigo entrañable, una gran figura de nuestro teatro.
Estábamos en mi casa, hablando de una obra de teatro que habíamos visto, y me dice: ‘Carmen, me gustó mucho ese análisis que hiciste, ¡escríbelo!’. Esto me motivó y comencé a escribir y, como ya había tenido estudios de música, pues también me incliné por hacer las reseñas de los conciertos que aquí se presentan. Es una vida que me ha llevado por las diferentes vertientes del arte.
10. Primera ministra de Cultura
Definitivamente, debo agradecerle al presidente Luis Abinader por haberme distinguido con el cargo de ministra, y de verdad que ha sido un año de grandes desafíos por el problema que está viviendo el mundo con esta pandemia. Pero, como dijiste al principio, soy de las personas que no me detengo. La pandemia nos ha impedido hacer más cosas de las que hubiéramos querido, pero hemos hecho muchas. Inclusive, todo va quedando en las revistas, ya van por el tercer tomo de la revista cultural, una de las cosas que hemos rescatado, porque tenía varios años que no se publicaba. Y así, hemos querido ir a los diferentes pueblos del país, porque uno de nuestros lemas, a partir de nuestra llegada, es que hay que descentralizar la cultura. Ha sido muy interesante ir a los pueblos y ver cómo realmente hay muchos artistas, pero necesitan la ayuda, y por supuesto, es difícil en estos momentos..
Espero que, por lo menos, los artistas hayan sentido apoyo, pero, sobre todo, que hayamos podido captar un público, una gran masa, que se apodere de la cultura, que sienta la necesidad de ir a ver una obra de teatro, de ir a ver un espectáculo de ballet y, además de eso, de incentivar la lectura.
Una vida artística fundamentada en los estudios
En 1961 me fui a Estados Unidos para estudiar en la academia de ballet. Allí pude incursionar en la danza clásica, y para mi fue una gran novedad en la danza moderna, que no había llegado aún al país. Pude nutrirme de todos esos conocimientos. Más adelante, en España realicé cursos de Gestión y Desarrollo del Espectáculo en el Instituto de Artes Escénica y Música de Madrid, y ahí adquirí muchos conocimientos, porque tuvimos la oportunidad de visitar numerosas ciudades para ver diferentes obras de teatro que se estaban llevando a cabo en esos momentos. Eso de alguna manera me nutrió mucho.
Siendo directora del Ballet, estos fueron unos momentos importantes en mi vida artística, participé en las tres conferencias de especialistas internacionales de danza en Panamá, Buenos Aires y Caracas, patrocinadas por por Margot Fonteyn y la OEA.
Me nombraron secretaria general de esa organización, y para mí eso fue un momento importante, porque fue una distinción que me hizo esa gran figura de la danza mundial que fue Margot Fonteyn (1919-1991).
Me ha llenado de satisfacción cuando he visto críticas mías en importantes publicaciones extranjeras, como: el Libro Diógenes de la Universidad de California; en el Libro de Cátedra de Lengua Española IV de la Editora Santillana y en la Revista de Las Bellas Artes de Puerto Rico.
Además de arte
“La política es algo consustancial en el hombre, que no quieras decir que perteneces a un partido político es otra cosa, pero todo el mundo es político (…) Hemos sido política y artista, es la verdad”.
Escritora
Para mí siempre es un reto escribir, sobre todo cuando no tienes mucho tiempo, porque la verdad es que tengo una vida bastante agitada…”
Publicaciones
He publicado dos libros: ‘Espacios de Teatro y Danza’, y ‘Desde Platea’, donde están 40 años de crítica que he podido realizar”. Próximamente voy a publicar otro.
Con respeto
Siempre he dicho que la crítica debe ser constructiva; no creo que nadie tenga el poder de la verdad absoluta”.