Por más apartada de los demás que sea una persona, siempre, en algún momento deseará la cercanía de alguien más. Por algo los seres humanos nacieron para compartir, al menos con otra persona, lo bueno y lo malo, las alegrías y las tristezas, los planes y las metas, las horas de desvelos provocadas por alguna preocupación o simplemente por extender más de lo debido alguna celebración. Nubes
Para la mayoría de las personas resulta muy difícil retomar el camino cuando ha paso por una situación que le ha sacudido violentamente el alma y la vida. Lo intentará muchas veces, se levantará un día sintiendo que la tormenta pasó, pero de repente, sin más ni más, unas nueves oscuras aparecerán y el día se tornará gris.
Se sentirá una vez más incapaz de resurgir. Es en verdad cuando más se aprecia la presencia de los amigos, sus palabras y su empeño por ayudar, por explicarnos que a pesar de sus adversidades y situaciones difíciles, la vida es un regalo que, si además está acompañado de salud y de personas que nos aman, debemos agradecer y valorar.
Nos aconsejan constantemente y sabemos que tienen razón, que desean lo mejor para nosotros.
En el momento en que nos están aconsejando, hundidos en nuestros pensamientos, escuchamos apenas algunas frases, se nos pierden líneas de todo aquello que nos dicen, pero atando, hilvanando una frase con otra reconocemos que tienen razón. Sin embargo, aun sabiendo que no nos queda otra opción que seguir adelante, nos dejamos vencer por la tristeza, la desesperanza, el temor y la duda.
Nos aterra intentarlo y volver a caer. En un momento afirmamos que seguiremos los consejos de nuestros amigos, de la gente que se preocupa porque estemos bien y comenzamos a seguir sus recomendaciones, pero mientras no escuchemos el mejor consejo no nos servirá de nada lo que nos digan y ni lo que intentemos.
Todos los consejos que nos regalan quienes nos quieren, son importantes, son buenos, merecen la pena ser escuchados y la mejor decisión será acogerlos y seguirlos, pero el mejor de todos nace en nuestro interior. Es aquel que proviene de nuestra conciencia, de lo más profundo de nuestro ser.
Es aquel que equivale a la firme decisión de seguir adelante, de, sin olvidar, retomar las riendas de nuestras vidas, recobrar la sonrisa y la alegría, para así poder ofrecer a los demás lo que esperamos recibir de ellos. l