¿Deberíamos dejar de ejercitarnos por el bien de nuestro pelo?
Las pautas para llevar un estilo de vida saludable se repiten como un mantra en diferentes especialidades. Una dieta equilibrada, dormir alrededor de ocho horas y la práctica de ejercicio físico diario. Estos hábitos repercuten en la salud, y por consiguiente también en el aspecto de la piel o del cabello.
El doctor Javier Pedraz, dermatólogo y director médico de la clínica Insparya, establece un paralelismo con la cita Mens sana in corpore sano.
«Cogiendo prestada la expresión, diría que pelo sano en un cuerpo sano». Sin embargo, el deporte puede tener también algún inconveniente, como promociona un anuncio de champús en la televisión actual.
Un mensaje que podría llevar a confusión. ¿Deberíamos dejar de ejercitarnos por el bien de nuestro pelo?
El doctor David Saceda, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología y dermatólogo de Grupo Pedro Jaen, lo tiene claro. «Si ponemos en una balanza los aspectos positivos y los negativos, ganan los primeros», afirma.
«Por ejemplo, ayuda a reducir el estrés oxidativo y el emocional, que tienen graves consecuencias para el cabello».
Entre ellas, puede acelerar la caída, aumentar los niveles de grasa y desembocar en una dermatitis seborreica o fomentar la aparición de caspa. El doctor Pedraz añade las ventajas de la mejora de la circulación.
«La práctica deportiva promueve la vascularización, por lo que llegan más nutrientes al cuero cabelludo. Esto lo fortalece y le da una mejor apariencia, más brillante».
Como sucede con todo, se debe realizar con moderación. Los niveles de exigencia extremos, al igual que en la piel, pueden producir consecuencias indeseadas. «Cuando se demanda un sobreesfuerzo al cuerpo, va a necesitar más nutrientes en otros lados», explica el doctor Pedraz.
«El organismo priorizará la musculatura y el pelo pasará a un segundo plano. No llegarán suficientes nutrientes, por lo que se debilitará, tendrá peor aspecto e, incluso, influirá en una mayor caída».
Una de las consecuencias que produce la realización de deporte es el sudor. Durante el entrenamiento, el cuerpo excreta todo el exceso de materia que no necesita en forma de agua y micronutrientes y sal. Claudia di Paolo, experta en belleza y cuidado capilar con marca propia, lista sus efectos negativos, si bien los relativiza.
Obstruye el poro, lo asfixia, y por lo tanto el cabello crece más débil. Pero no debería preocuparnos si lo lavamos correctamente al finalizar».
Si se acude al gimnasio a diario y se suda a diario, se lavará después de cada sesión, al contrario que la creencia popular que aconseja espaciar esta rutina. «Sería recomendable usar un champú suave, de uso frecuente, para no dañarlo, pero hay que eliminar la suciedad. Lo otro supondría un error, a menos que no sudemos, que con agua bastaría», opina la experta.
En caso de cabellos que requieran productos especiales, el consejo para limpiar el sudor se mantiene. Ahora bien, habrá que alternar al menos dos champús.
«Dos o tres veces por semana se aplicará la fórmula que ese cuero necesita para tratar su problema. El resto de lavados se realizarán con un jabón neutro», dice el doctor Pedraz.
Estos cuidados que evitan problemas capilares en la realización de ejercicio o potencian sus beneficios no se limitan al después. Para antes de la práctica de deporte, sobre todo si se realiza al aire libre, el doctor de Insparya apuesta por usar una buena mascarilla. «Cuanto más hidratado y fuerte esté, menos posibilidad de sufrir daños». El doctor de la AEDV añadiría un buen protector solar. «Debemos dejar claro que no funcionan como los de la piel. Crean una película que rodea el cabello y evitan la deshidratación. El aceite de coco surte un buen efecto».
Durante la práctica, Claudia di Paolo se inclina por aprovechar este momento para potenciar ciertas fórmulas. «Los aceites reparadores mejoran sus capacidades con el calor. Si nos aplicamos uno de medios a puntas, con el calor del ejercicio verán multiplicados sus resultados».
También las vitaminas diseñadas para el cuero cabelludo. «Como los poros se dilatan, penetrarán mucho mejor. Aunque luego nos lavemos, no perderemos el resultado, porque ya estará dentro». Y, una vez a la semana, en cualquier momento, exfoliar el cuero cabelludo para eliminar cualquier pequeño resto de suciedad que pueda quedar. «Al final, se cuida de forma similar al rostro», resume.