Según un estudio global, las compañías que invierten en capacitación aumentan su productividad en un 40%

En 2025, las empresas deben priorizar la formación de sus equipos, debido a que esta impulsa su sostenibilidad y genera un impacto positivo en la sociedad.

Este tema lo abordamos con Sue Toro, directora general de Cerem Global Business School, quien hizo referencia a un estudio global de McKinsey & Company (2024), basado en datos de más de 500 empresas, que menciona que las compañías que destinan recursos a la capacitación de su personal aumentan en un 40 % su productividad.

Introducimos la conversación analizando las áreas que ella considera necesarias para incluir en los programas de capacitación. Su respuesta en cuanto a las habilidades, es que se consideran prioritarias aquellas que permiten a los profesionales destacar en un entorno empresarial global y cambiante, especialmente al iniciar un nuevo año lleno de retos.

Toro enfatizó: “En Cerem, el desarrollo de liderazgo global incluye capacitar a los estudiantes para gestionar equipos multiculturales, resolver conflictos interculturales y fomentar la colaboración en diversos contextos. También priorizamos la transformación digital, enseñamos el uso de tecnologías para optimizar procesos y liderar equipos virtuales de manera efectiva”, expresó Toro.

Hizo referencia a Deloitte (2024) que destaca que el 87 % de las organizaciones están invirtiendo en capacitar a sus colaboradores en la transformación digital. Las empresas que implementan programas en competencias tecnológicas y liderazgo tienen un 30 % más de capacidad para innovar y responder a las demandas del mercado.

“La construcción de redes y la comunicación global son igualmente esenciales, potencian la capacidad de negociar y colaborar en proyectos internacionales, mientras se conectan con una red global de expertos”, manifestó.

Se integran competencias clave para liderar en entornos con volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (conocidos como VUCA, por sus siglas en inglés), “ayudan a nuestros estudiantes a adaptarse con agilidad y confianza a los cambios regulatorios, tecnológicos y del mercado, garantizando una preparación integral para el éxito profesional”.

Entonces, ¿cómo puede una empresa equilibrar la inversión en desarrollo profesional con las limitaciones de presupuesto y tiempo que enfrentan muchas organizaciones? Sue dice que para equilibrarlo, las empresas pueden buscar estrategias innovadoras y alianzas estratégicas. Una excelente alternativa es establecer acuerdos con instituciones educativas como la que ella preside, que ofrecen planes de becas y financiamiento diseñados para facilitar el acceso a la formación.

Al analizar de qué manera los programas de formación pueden influir en la innovación y el compromiso de los empleados, Toro dijo que son un motor clave dentro de las organizaciones porque proporcionan a los colaboradores las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos actuales, se optimizan los procesos operativos y se fomenta un entorno de crecimiento y creatividad.

Las empresas que invierten en transformación digital y destrezas tecnológicas tienen más capacidad para innovar, puesto que los empleados preparados no solo reaccionan ante el cambio, sino que se convierten en agentes transformadores que proponen estrategias y soluciones innovadoras. Además, la formación fortalece el compromiso, creando una cultura organizacional sólida y reduciendo la rotación. “El 94 % de los empleados que participan en programas de formación continua reportan un mayor sentido de pertenencia y motivación, un elemento esencial para retener talento en un mercado competitivo”.

Las plataformas de aprendizaje

Según Toro, las plataformas de aprendizaje en línea juegan un papel crucial en la democratización de la capacitación al eliminar las barreras tradicionales de acceso, como la ubicación geográfica, los horarios rígidos y los costos elevados. “En Cerem, estas plataformas permiten a los alumnos estudiar a su propio ritmo mediante un campus virtual accesible las 24 horas, materiales descargables y tutorías personalizadas, adaptándose a las necesidades laborales y personales de los profesionales”.

La preparación no es solo una herramienta para enfrentar los retos del 2025; es la clave para transformar empresas y colaboradores en agentes de cambio. Apostar por el desarrollo continuo garantiza no solo competitividad, sino también resiliencia en un mundo cada vez más dinámico. Como concluye Sue Toro: “Capacitarse es asegurar el futuro”.

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