Como si de un sexto sentido se tratara, muchas personas son capaces de identificar cuando alguien no es de fiar. Ya sea por su forma de hablar o de comportarse, tienen algo que no termina de cuadrar. Algunos lo asocian a una “mala energía”, pero la labor de la psicología es intentar explicar este sentimiento desde el punto de vista científico, pues la confianza es un pilar fundamental en las relaciones humanas, ya sea en el ámbito personal o profesional.

También ocurre en el caso contrario: personas que automáticamente nos dan esa sensación de confianza, de que podemos fiarnos de ellos. Algunas actitudes son claras y evidentes, pero otras pueden pasar más inadvertidas y en realidad son indicadores clave de su personalidad. La psicóloga Valeria Sabater ha reunido algunas de las señales que indican que se puede confiar en una persona.

Cómo hablan de los demás cuando no están presentes

Una de las formas más reveladoras de medir la confiabilidad de una persona es observar cómo se expresa sobre los demás en su ausencia. Las personas que hablan mal constantemente de terceros, comparten secretos o divulgan información confidencial, suelen tener actitudes similares respecto a quien está presente. Por otro lado, aquellos que demuestran respeto y se abstienen de criticar de manera negativa a otros suelen ser más confiables.

Coherentes entre lo que hacen y lo que dicen

La coherencia entre las palabras y las acciones es un rasgo distintivo de las personas confiables, pues la psicología conductual destaca que la incongruencia entre lo que alguien promete y lo que efectivamente cumple genera desconfianza y desgaste en las relaciones.

Por ejemplo, si alguien dice valorar la puntualidad pero constantemente llega tarde, es probable que su comportamiento cause dudas sobre su compromiso general. Las personas de fiar tienden a cumplir con lo que prometen, incluso en situaciones adversas, porque comprenden el impacto que sus acciones tienen en los demás.

Responsabilidad y formalidad

Otro rasgo clave de las personas confiables es su sentido de responsabilidad y formalidad. Esto implica cumplir con compromisos, respetar plazos y asumir las consecuencias de sus errores. La responsabilidad no solo se refiere a aspectos prácticos, como entregar un proyecto a tiempo, sino también a la capacidad de saber gestionar adecuadamente las relaciones interpersonales.

En el ámbito laboral, los estudios de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) muestran que la confiabilidad percibida está directamente relacionada con la profesionalidad y la capacidad de asumir errores sin excusas. Una persona responsable sabe priorizar sus compromisos y actuar con seriedad en cada situación.Dos amigas hablando (Shutterstock España)

Sentimiento de culpa y empatía

La capacidad de sentir empatía y asumir responsabilidad emocional es otro signo fundamental de confiabilidad, ya que quienes experimentan culpa por sus errores y se esfuerzan por corregirlos suelen ser más conscientes de cómo sus acciones afectan a los demás.

La empatía es la habilidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, algo que fortalece las relaciones humanas. Según Savater, las personas empáticas tienden a construir vínculos basados en la comprensión mutua, lo que las hace más confiables. Este rasgo se evidencia en pequeños gestos, como prestar atención activa o mostrar compasión cuando alguien enfrenta un problema.

Autenticidad

Ser auténtico implica actuar en línea con los valores personales, sin pretender ser alguien que no se es. Las personas confiables no temen mostrar vulnerabilidad ni expresar sus verdaderos pensamientos, incluso cuando esto las hace menos populares. De esta manera, la autenticidad genera confianza porque transmite consistencia y transparencia.

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