Julio Llort nació en Barcelona, España. Hijo de Julio Llort y Antonia Guindulain. Él, pintor y ella escritora, ganadora del premio de Literatura Latinoamericana. Julio, junto a sus padres, se radicó en Puerto Rico, pero un día quiso venir a la República Dominicana, la idea era pasar un tiempo en el país, pero tan pronto sintió la hospitalidad y acogida de los dominicanos, decidió fijar residencia y si por un momento dudó de su decisión, la llegada a su vida de su amada e inseparable Georgina, le confirmó que aquí tenía todo lo que necesitaba. Sus conocimientos en materia de curaduría pronto le dieron la oportunidad de formar parte del equipo de Bellas Artes. Es por eso, que a pesar de no haber nacido en el país, su talento representa un orgullo para los dominicanos.
¿Desde cuándo reside en la República Dominicana?
Llegué en 1968. Llegué por un tiempo, sin saber lo que me esperaba en este país, pero al poco tiempo de estar aquí, decidí quedarme. El doctor Balaguer me nombró restaurador del Palacio de Bellas Artes. Aquí mismo tuve mi estudio, durante 20 años. Llegué en ese año y en diciembre ya estaba nombrado. Conocí a Balaguer, cuando en el Palacio Nacional hubo un vandalismo de obras de arte y debido a eso, me introdujeron aquí en el Palacio de Bellas Artes. Me encantaba el ambiente, era una maravilla. Era un nido de arte. Tan pronto llegué a aquí, comencé a restaurar todas las obras. De ahí pasé a las colecciones privadas, a los museos y a través del tiempo fui haciendo un nombre, me dediqué a la pintura. Aunque soy restaurador, básicamente soy pintor.
¿Cuándo asume en serio su trabajo como artista plástico?
A los 12 o 15 años, ya estaba en la academia en Barcelona. Antes de irme de España, había participado en varias exposiciones de pintura, que tuvieron lugar en diferentes ciudades de España. En todo ese tiempo me dediqué por completo a la pintura, aunque en ese tiempo no se podía vivir exclusivamente de la pintura.
¿Quiénes influyeron en su formación artística?
Tuve la suerte de haber ingresado a temprana edad a la prestigiosa Academia Tárrega en la ciudad de Barcelona, allí tuve la dicha de recibir orientaciones del maestro, gran pintor catalán y paisajista Ricardo Tárrega Viladoms, de donde salí para cursar la carrera de Bellas Artes en la Academia de San Jorge, en Barcelona. Después de haber alcanzo el profesorado, estudié Artes Aplicadas en la escuela Massana. Ahí realicé la especialización en esmalte al fuego y vitrales. Una gran oportunidad para mí fue haber logrado estudiar restauración en el taller del profesor Fernando Serra Sala, quien en ese entonces era el director del departamento de Restauración y Conservación del Patrimonio Artístico y Arquitectónico del Ayuntamiento y Diputación de la Ciudad de Barcelona.
¿Qué es arte de vitrales y esmaltes al fuego?
Es un arte precioso, que hoy en día no existe el ambiente donde uno pueda desarrollarse. El de vitrales es muy utilizado en las iglesias. Para realizarlo es necesario contar con un taller y equipos muy sofisticados. El esmalte al fuego sobre metal es una técnica altamente valorada en el arte de la joyería y aunque podríamos extendernos mucho sobre este arte apasionante queremos ofrecer una “pincelada” y explicar de forma sencilla en qué consiste esta técnica que engloba varias otras en sí mismas. Se utiliza el cobre como base y se aplica el esmalte tratado (vidrio en polvo). Los esmaltes pueden ser opacos, ópalos, fundente para la base, transparentes o translúcido. En Puerto Rico pude poner estas técnicas en práctica, pero aquí no.
¿En cuáles áreas del arte haincursionado ?
Básicamente me he dedicado a la pintura, pero debido a mis estudios extracurriculares, hice, a parte de la restauración que la realicé con uno de los mejores maestros que había en España. Cuando llegué al país no había restauradores, así es que me fue muy bien. Trabajé, a parte de Bellas Artes, en el Museo de las Casas Reales. Hice réplicas y copias de ciertos retratos, cuyos originales están en el cabildo de Santo Domingo.
¿Qué representó cambiar Europa por el Caribe?
Al llegar al país, me enfrenté a un nuevo estilo de arte, a una visión distinta. Era un mundo nuevo. Para mí lo fue. Venir de Europa hasta acá, era un cambio grande. En el transcurso de los primeros años de estar aquí conocí a mi esposa Georgina y ahí sí fue que me aplatané. Ella es mi musa. A parte de ser mi esposa y haberme dado una familia maravillosa, ha sido siempre un apoyo en el aspecto artístico. Llevamos más de 50 años de matrimonio, procreamos tres hijos y tenemos cuatro nietos.
Pero también le apasiona hacer retratos, ¿por eso, es considerado el retratista de los presidentes dominicanos?
El retrato ha sido una de las especialidades dentro de la pintura. Se me ha dado muy bien y me encanta. El retrato incluye una parte psicológica de la persona. Es algo diferente. Es muy distinto que pintar un paisaje. Comencé pintando a todos los presidentes del Country Club, a todos los gobernadores del Banco Central, también a empresarios privados. Entonces me comenzaron a pedir retratos de los presidentes. Comencé con el doctor Balaguer, que a parte éramos amigos. Le hice como cuatro o cinco retratos importantes y también le hice las ilustraciones de varios libros. Entonces se hizo una costumbre que Julio Llort hiciera los retratos de los presidentes. Seguí con Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, aun no me encargan el de Danilo Medina. Él tiene una forma diferente de pensar, que yo respeto mucho, pero estoy dispuesto hacerlo.
¿Se puede vivir del arte, se apoya a los artistas?
El arte está pasando por momentos difíciles. Tuvo un boom muy grande en los años 70, surgieron muchos coleccionistas, comenzaron a reunir grandes colecciones y surgió el mecenazgo, que en aquella época brindó mucho apoyo a los artistas emergentes. En cuanto a la pregunta de que si se puede vivir del arte, yo he vivido siempre del arte, he levantado a mi familia, hemos echado hacia adelante. No somos ricos, pero hemos vivido. Creo que se le da apoyo al arte dominicano en general.
¿En cuáles países ha presentado sus obras?
He expuesto en España, Puerto Rico, Bélgica, Alemania y en República Dominicana. No soy muy dado a las exposiciones relámpago. Una exposición es exponerse y exponer su capacidad ante un público y por lo tanto debe ser bien hecha, bien organizada, no hacer una exposición por hacerla. En estos momentos estoy presentado una exposición con mis trabajos tradicionales y con la nueva técnica que estoy desarrollando. Esta exposición se titula, “El otro Julio Llort”, ese título fue ideado por doña Marianne de Tolentino, porque ella me dijo que a mí me conocían como pintor, pero ahora había visto un giro en el trabajo y que ella lo veía más contemporáneo, todo eso, conservando mi estilo. l
Afortunado
Tuve la suerte de haber ingresado a temprana edad a la prestigiosa Academia Tárrega en la ciudad de Barcelona”.
Amor
En el transcurso de los primeros años de estar aquí conocí a mi esposa Georgina y ahí sí fue que me aplatané. Ella es mi musa”