HATO MAYOR.- Cada pueblo, barrio o comunidad rural en la República Dominicana tiene una historia que la catapulta o saca del anonimato, que al ser narrada, asombra a los mortales.
Resulta que en Hato Mayor, Jesús Gregorio Barriola Ayala (Bacho), hijo natural del español Jesús Barriola y la puertorriqueña Teodosia Ayala (fallecidos), es un exitoso hacendado que nació con “las espuelas puestas” y saltó a la fama como uno de los más grandes competidores de lidias de gallos en el país.
Ha tenido miles de gallos, pero entre todos ellos recuerda a “Todos los Días”, que hizo 13 peleas sin perder una, “El Matatán”, con 11 peleas, “El Padrote”, 7 peleas y el “Gallo Pava”, con 11 peleas y que alcanzó fama internacional, porque luego que ganó su novena pelea, don Bacho decidió encastarlo con una gallina de fina calidad, para tener descendientes de quien hasta hace poco era tan digno ejemplar.
El gallo Pava se lo regaló el general Tuty Cáceres en 1971, para que tuviera buenos ejemplares.
Al final sucedió que la gallina puso seis huevos y el Gallo Pava no dejó jamás que esta se echara sobre los huevos, y los empolló y sacó él mismo, como si fuera una gallina.
El raro caso ocurrió a mediados de la década de 1980 y llamó poderosamente la atención de los habitantes de Hato Mayor, la prensa nacional y la agencia de noticias EFE, que divulgó por todo el mundo el insólito caso.
La crónica del raro caso aún resuena en los clubes gallísticos del país, por la forma en que es narrada por Bacho Barriola.
El mote de Pava se le puso debido a su gran tamaño y peso: cuatro libras y doce onzas.
Para deshonra de su clase, en un país eminentemente machista, el legendario Gallo Pava se encloecó y decidió echarse sobre los huevos que puso la gallina con la que estaba “encastado”.
Y para colmo de humillación, Gallo Pava “sacó” seis polluelos, herederos legítimos de su bravura inicial, demostrada a lo largo de mucho tiempo durante nueve peleas que ganó antes de perder la última y mortal batalla que lo condujo por los senderos de la derrota primero y lo llevó a su transformación en dulce y apoyadora “mamá gallina”, después.
Nunca más ganó una pelea; lo que hacía era recibir golpes como una “gallina”, en lo que se había convertido, perdiendo la pelea número once.
¿Quién es Bacho?
Don Bacho Barriola es un orgullo de Hato Mayor, donde es respetado y admirado por su fiereza y dedicación al deporte del pico y la espuela.
Bacho, como prefieren llamarlo amigos y familiares, es el gallero más destacado de la región Este.
Ama tanto a los gallos que confiesa: “Gasto alrededor de 2 mil pesos diarios en la dieta y comida de los gallos, y tengo unos siete empleados para atenderlos”.
Corpulento, de gran fortaleza física, a primera vista destacan sus ojos expresivos, sus pastillas, copiosas cejas y el bigote que remeda las astas de un miura.
De temperamento abierto, de clara inteligencia, Bacho, o “El Cacique de los Gallos en la región Este”, como muchos amigos le llaman, exhibe en la sala de su casa, como testimonio fiel de que vive las lidias de gallos, unas 400 placas, trofeos, pergaminos y medallas.
Se aficionó a las peleas de gallos cuando apenas contaba los 10 años de edad, y cuando su padre, Jesús Barriola, criaba las aves para regalarlas a los amigos.
“Tú sabes que mi padre era un cazador de gallos de pelea. Aunque no los jugaba, papá encastaba los gallos para regalarlos a los amigos y de muy niño yo comencé a entusiasmarme por la cría de los gallos, pero realmente quien me introdujo en las peleas de gallos es mi hermano Jesús Manuel (Chun), fallecido”, nos relata.
En el gallerismo se ha destacado como una de las figuras preponderantes de la región Este y el auge y adelanto que ese deporte tiene actualmente en esa ala del país se debe en gran parte a su esfuerzo.
Casado con Daysi Fernández desde 1971, este apasionado de los gallos ha recibido innúmeros reconocimientos, pero para él lo más importante son las amistades y relaciones que ha ganado con importantes personalidades de la vida nacional.
Bacho ha sido justipreciado por sus destacados atributos ciudadanos y el aporte al desarrollo del deporte del pico y la espuela.
Unos 350 gallos de pelea están en la traba, ubicada al lado del parque industrial de zona franca de Hato Mayor, y emplumando, en una finca de su propiedad, hay unos 400 pupilos.
Tiene la ganadería como su fuente real de ingreso económico y los gallos, “como el hobby que hemos creado desde niño”.
Ha participado en todos los torneos de lidias de gallos que se han celebrado en el país, incluyendo ser delegado por la región Este en los juegos Nacionales de Mao, de donde trajo el trofeo de la pelea “más rápida”.
A su juicio, para ser un buen gallero “hay que criar los gallos, cuidar los gallos y pelear los gallos, y después ser una persona afable, cariñosa con los otros galleros, no tener mala forma de competir”.
“Ahora, el verdadero gallero, realmente, se diferencia mucho del apostador, pues el apostador es el que va a la gallera e invierte dinero por la pata de un gallo, y el gallero es el que tiene las lidias de gallos como un deporte de caballeros”, indicó.
RECONOCIMIENTOS
Jesús Gregorio Barriola Ayala (Bacho) ha recibido reconocimientos de los clubes gallísticos de Santiago, Mao, Cotuí, Los Alcarrizos, San Cristóbal, Higüey, La Romana, El Seibo, San Pedro de Macorís, Hato Mayor, Los Mameyes, Baní, San Rafael del Yuma, Santo Domingo y otras ciudades y comunidades del país y el exterior.
En honor a Bacho Barriola, la Asociación de Clubes Gallísticos de la Región Este celebra todos los años, para el mes de febrero, un torneo, el cual coincide con su natalicio, el 27 de febrero.
Ha recibido reconocimientos de los clubes gallísticos de Santiago, Mao, Cotuí, Los Alcarrizos, San Cristóbal, Higüey, La Romana, El Seibo, San Pedro de Macorís, Hato Mayor, Los Mameyes, Baní, San Rafael del Yuma, Santo Domingo y otras ciudades y comunidades del país y el exterior.
CÁBALAS
Los galleros son cabalistas y Bacho recuerda con mucha claridad lo que le pasó a un amigo camino a la gallera. “Un día, José Then salió rumbo a la gallera y accidentalmente mató un perro; después ganó todos los gallos que jugó.
Pero a la siguiente semana iba para la gallera con sus gallos, pero no quería llegar sin verse con un perro, por lo que dio vueltas y vueltas antes de llegar a la gallera y cuando alcanzó a ver un perro, quiso tirarle el carro encima y acabó chocando, sin poder pelear los gallos”.
Dijo también que hay galleros que, cuando van con una ropa nueva a la gallera y ganan los gallos, deben regresar con esa misma ropa el domingo siguiente.
Además, cuando usted sale con un grupo de amigos y los gallos pierden, no se debe regresar a la gallera con ese grupo, “porque no traen suerte”.
Hasta viajar en vehículo diferente trae suerte.
Fue el propietario del primer club gallístico de la región Este, que construyó en Hato Mayor en el año 1979, y desde entonces dedica más tiempo a los gallos que a las actividades agrícolas y pecuarias.
Lleva como satisfacción haber conocido galleros de la talla de Alberti Bonetti Burgo (fallecido), Ángel Contreras, Adriano Rodríguez, Carlos Sánchez, Noé Sterling Vásquez, Osiris Sidor, Yompino Kennedy, la familia Palma, Carlos Morales Troncoso y otros.
EL GALLO PAVA
Bacho Barriola ha tenido miles de gallos, pero entre todos ellos recuerda a “Todos los Días”, que hizo 13 peleas sin perder una, “El Matatán”, con 11 peleas, “El Padrote”, 7 peleas y el “Gallo Pava”, con 11 peleas y que alcanzó fama internacional, porque luego que ganó su novena pelea, don Bacho decidió encastarlo con una gallina de fina calidad, para tener descendientes de quien hasta hace poco era tan digno ejemplar.
El gallo Pava se lo regaló el general Tuty Cáceres en 1971, para que tuviera buenos ejemplares.
Al final sucedió que la gallina puso seis huevos y el Gallo Pava no dejó jamás que esta se echara sobre los huevos, y los empolló y sacó él mismo, como si fuera una gallina.
El raro caso ocurrió a mediados de la década de 1980 y llamó poderosamente la atención de los habitantes de Hato Mayor, la prensa nacional y la agencia de noticia EFE, que divulgó por todo el mundo el insólito caso. La crónica del raro caso fue escrita en la ocasión por el fallecido periodista hatomayorense, Alejandro Sánchez Mejía, en las páginas de Listín Diario y el mensuario “El Informador Hatero”, que editaba.
El mote de Pava se le puso debido a su gran tamaño y peso, cuatro libras y doce onzas.
Para deshonra de su clase en un país eminentemente machista, el legendario Gallo Pava se encloecó y decidió echarse sobre los huevos que puso la gallina con la que estaba “encastado”.
Y para colmo de humillación, Gallo Pava “sacó” seis polluelos, herederos legítimos de su bravura inicial, demostrada a lo largo de mucho tiempo durante nueve peleas que ganó antes de perder la última y mortal batalla que lo condujo por los senderos de la derrota primero y lo llevó a su transformación en dulce y apoyadora “mamá”, después.
Nunca más ganó una pelea, lo que hacía era recibir golpes como una “gallina”, en lo que se había convertido, perdiendo la pelea número once.
Gallo ha vendido gallos en su traba hasta 100 mil pesos.
Bacho es una leyenda viviente que gravitará en la región Este más allá de su muerte, por sus grandes aportes y experiencias en las lidias de gallos.
El gallo borrachón
Se sabe que el hombre y la mujer beben cerveza, pero ya es una noticia insólita, que a un gallo se emborrache para llevarlo a la gallera y ganar la pelea. La verdad que el dominicano se la trae como quiera, para buscar dinero y solventar los gastos personales. Ya es normal ver al gallo “Pava”, no el que tuvo 12 peleas y luego se convirtió en mujer, encluecándose y sacando los polluelos de quien días antes había sido su mujer, un hecho ocurrido en el primer quinquenio de la década del 1980.
Se trata del “Gallo Pava”, aquel plumífero que su dueño le da bebida para embriagarlo y luego llevarlo a las lidias de gallos en La Romana. El propietario del gallo no quiere ser identificado, para que su pupilo tampoco lo sea, pero asegura que solo le da bebida a su animal, cuando lo va a llevar a la gallera.
Muchos no creen en la historia del propietario del animal, porque afirman que él hace eso con el ave como atracción y con la cual genera algunos recursos.
Comercialización
Bacho ha vendido gallos en su traba hasta 100 y 200 mil pesos.
Es una leyenda viviente que gravitará en la región Este más allá de su muerte, por sus grandes aportes y experiencias en las lidias de gallos.