Bajo la iniciativa del presidente constitucional de la República, doctor Joaquín Balaguer, quien deseaba enriquecer la ciudad capital con un centro cultural destinado a la adquisición y ampliación de conocimientos culturales, se estableció el Museo del Hombre Dominicano.

En ocasión de conmemorarse un aniversario más de la gran apertura del Museo del Hombre Dominicano, como institución encargada de indagar y representar la cultura nacional, así como mantenerla viva mediante su exposición, la Zona Retro rememora su inauguración.

Propulsor

Con el propósito de realizar investigaciones antropológicas, etnológicas y de arqueología precolombina, se inauguró el Museo del Hombre Dominicano el 12 de octubre de 1973, coincidencialmente el Día de la Raza.

La creación de esta obra fue resultado de la iniciativa del Presidente Constitucional de la República, el doctor Joaquín Balaguer. Movido por sus ideales y el deseo de dotar a la ciudad capital de un centro cultural destinado a enriquecer la cultura de la gran población dominicana.

El costo del importante edificio fue de RD$1, 700,000 con sus equipos incluidos, y la colección arqueológica allí presentada alcanzó el valor de la suma de RD$5, 000, 000,00.

Acto de inauguración

Al acto oficial de inauguración asistieron como invitados antropólogos, arqueólogos e historiadores de distintos países, así como figuras de importancia y funcionarios del país.

Dos días antes del evento, se supo que habían llegado al país el doctor Eduardo Matos Moctezuma, del Instituto Nacional de Antropología de México (INAH), junto con su esposa; el profesor José María Cruxent, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC); y Kurt Fisher, un arqueólogo austriaco que además ejercía como cónsul de Austria en Puerto Rico, Haití y las Islas Vírgenes.

De igual manera, los doctores Betty Meaggers y Clifford Evans, del Instituto Smitsoniano y antropólogos especializados en arqueología de Centro y Suráfrica.

En adición a estos, otros científicos que habían llegado un día antes por la terminal del aeropuerto de Las Américas, también invitados al acto de apertura, fueron: doctor Ripley P. Bullen y señora, arqueólogos de la Universidad y del Museo de la Florida; doctor Mario Mattioni, arqueólogo encargado de investigaciones del gobierno francés, con sede en Martinica.

Además, el reverendo doctor Ángel Valtueña, director del departamento de Historia de la Universidad Católica de Ponce, Puerto Rico; doctor Manuel Ledesma y señora, profesor de la misma universidad; doctor Peter O. Harris, de la Sociedad Antropológica e Historia de Trinidad-Tobago.

Asimismo, un grupo de la Sociedad “Guainía” de Arqueología y Antropología, integrado por los señores ingeniero Juan González, presidente; licenciado Edgardo Maíz, licenciado Melvin Rivera, Pedro Alvarado y Jesús Figueroa. También del Departamento de Antropología de la Universidad Nacional de Venezuela.

Diseño y construcción

El edificio que aloja el Museo fue construido y diseñado por el arquitecto José Antonio Caro Álvarez. Su estructura es de hormigón armado con ventanas de vidrios a prueba de sol.

Tiene instalado un sistema de aire acondicionado y la disposición de los pasillos estaría planeada de manera que circulen dos mil personas sin que se produzcan aglomeraciones.

La primera planta cuenta con un vestíbulo de 900 metros cuadrados. En este salón colocaron una estatua de gran tamaño del indio Enriquillo realizada por la escultora mexicana Carmen de Antuñez. Por medio de rampas se llega al segundo piso donde funcionarían las oficinas administrativas.

En la planta baja hay también dos ascensores para visitantes y uno para carga. El deposito, la sala de máquina, las oficinas de los guías y un salón para una tienda se encuentran en la primera planta.

La tercera planta fue concebida para ser ocupada por la sección de arqueología, así como del laboratorio de restauración y conservación y el área de exposición.

En esta línea, la cuarta planta alojaría las secciones de Etnología, aspectos históricos dominicanos, biblioteca, cafetería, sala de conferencias y proyecciones y la oficina de investigación.

Funcionalidad

Para la realización de sus investigaciones, el Museo cuenta con un conjunto de investigadores altamente capacitados y un núcleo de estudiantes universitarios brillantes. En cuanto al edificio, está dividido horizontalmente en 4 niveles. La circulación interna fue cuidadosamente estudiada para que el público pudiera transitar sin interrupciones por todo el edificio. Un sistema de rampas y ascensores permitiría el desplazamiento vertical, y escaleras de emergencia se encuentran en cada ángulo del edificio.

María Ugarte y El Caribe

La entonces directora del suplemento sabatino de El Caribe, María Ugarte, dedicó varios reportajes al Museo durante su fase de construcción, en los cuales exponía sus características y utilidad como obra que reflejaría lo que el hombre de aquí ha sido en el pasado y sigue siendo en la actualidad; sus costumbres, su familia, su trabajo, sus entretenimientos, su fe y sus supersticiones.

El Congreso y las leyes

Un mes antes de la inauguración, septiembre de 1973, el Congreso Nacional había aprobado un proyecto de ley que establecía que, todos los bienes arqueológicos localizados en ese momento y que se encuentren en el futuro pasaran a ser propiedad del Estado dominicano. Aquí se incluirían los bienes arqueológicos que estuviesen en manos de particulares.

La ley disponía que los bienes arqueológicos no puedan ser sacados del país, exhibirse o reproducirse sin una autorización del Poder Ejecutivo.

El arquitecto Caro Álvarez dijo que los coleccionistas privados de piezas arqueológicas “son los depositarios de sus colecciones, no pudiendo enajenarlas, ni venderlas, ni hacer exhibiciones publicas sin autorización del Museo”.

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