Los aprestos de reuniones por la paz en Ucrania entre los presidentes Donald Trump, de los Estrados Unidos y Vladimir Putin, de Rusia, hace propicia la relectura de la obra “Perestroika: Nuevo pensamiento para mi país y el mundo”, publicada en 1989 por el gobernante ruso Mijaíl Gorbachov, tras los acuerdos con su homólogo estadounidense Ronald Reagan para poner fin a esa compleja etapa de la humanidad conocida con Guerra Fría.
El entonces líder de la hoy desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), fallecido en santa paz en agosto del 2022, explicaba en el libro por qué decidió poner fin al modelo político y económico que había regido a su nación, junto a una colectividad de países de la Europa Oriental, desde que la Segunda Guerra Mundial dividió al mundo en dos sistemas diametralmente opuestos: socialismo y capitalismo.
Sin guerrear en campos de batalla, Gorbachov decretó el triunfo del sistema capitalista sobre el socialista, y quedó trunca la vieja aspiración leninista de culminar en el comunismo, etapa que consideraba superior en lo que entendía el progreso material y espiritual de la humanidad.
El autor alertaba sobre los peligros de una tercera guerra mundial que amenazaba la vida en el planeta. “El tiempo pasa y no debe malgastarse. Tenemos que actuar. La situación no nos permite esperar el momento ideal: hoy se necesita un diálogo constructivo y de gran amplitud. Es por eso que tratamos de conseguir que haya vinculación entre la televisión de ciudades soviéticas y norteamericanas, entre políticos y figuras públicas soviéticas y norteamericanas, entre ciudadanos comunes soviéticos y norteamericanos”, clamaba Gorbachov, con una grandeza aún no reconocida por el alienado mundo de hoy.
Incomprendido por muchos de sus compatriotas, menospreciado por la izquierda radical de todo el mundo, Gorbachov y Reagan merecen ser reivindicados, junto a sus hermosas mujeres Raisa y Nancy, tan elegantes como orgullosas de llevar los apellidos de sus esposos. Mientras Putin y Trump buscan la paz en Ucrania, vale la pena releer Perestroika, en memoria de Gorbachov, su noble creador.