En la entrega anterior prometimos continuar con el texto del laureado historiador dominicano Frank Moya Pons publicado en la Revista Rumbo el 15 de agosto de 1994, en el que hizo constar su posición ante el fraude colosal que impidió el ascenso al poder del candidato José Francisco Peña Gómez, del otrora invencible Partido Revolucionario Dominicano (PRD), cometido por el gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer.
Moya Pons advirtió que la “legitimidad de los gobiernos se sustenta en el consenso de los gobernados, y ese consenso se origina en la voluntad popular libremente expresada en las urnas”, por lo que el gobierno “que se inicia mañana es ilegítimo en su origen y en su constitución, y no puede reclamar una fisonomía legal respetable porque surge del fraude electoral y de la violación de un pacto político impuesto por las circunstancias”.
“Las nuevas autoridades que se juramentan mañana no deben olvidar ese detalle. Aquellos que creen que han obtenido una patente de corso para saquear el Estado en los próximos dos años deben saber que la impunidad no dura para siempre”, aunque estimaba que algunos “querrán olvidar lo que ha pasado y lograrán olvidarlo. Otros tratarán de falsificar los hechos, pero muchos seguirán recordando que el pueblo resultó burlado en las urnas el pasado 16 de mayo”.
El brillante intelectual nacido en La Vega en 1944, como fue proverbial entre los profetas bíblico, desde Moisés hasta Juan el Bautista, denunció responsablemente y así lo dejó por escrito cual Tabla de la Ley: “La verdad es que al pueblo dominicano le han robado las pasadas elecciones con la complicidad de importantes personalidades de la vida nacional y de dirigente de la oposición vendidos al gobierno”.
Es mucha el agua pasada bajo el puente del río Camú después de la publicación del texto valiente de Moya Pons en mayo del 1994, pero se mantiene como un modelo de integridad intelectual y ciudadana, poco común en la actualidad. Recuerda la última crisis postelectoral vivida en la nación.