Como ha ocurrido con personajes de la historia que han cambiado el rumbo de la humanidad, el pasado martes falleció, con literal silencio, en Moscú, capital del Rusia, Mijaíl Gorvachov, el autor de la obra Perestroika, que publicara en 1989, con el subtítulo: “Nuevo Pensamiento para mi país y el mundo”.
Los dominicanos amantes de la lectura nos interesamos aquella vez en leer el libro donde el entonces presidente de la hoy desaparecida Unión de República Socialista Soviética (URSS) explicaba el porqué había decidido poner fin al modelo político y económico que había regido a su nación, junto a una colectividad de países de la Europa Oriental, desde que la Segunda Guerra Mundial dividió al mundo en dos sistemas diametralmente opuestos: socialismo y capitalismo.
Sin que se combatiera el campo de batalla, Gorbachov decretó el triunfo del sistema capitalista sobre el socialista, quedando trunca la vieja aspiración leninista de culminar en el comunismo, etapa que consideraba superior en lo que entendía el progreso material y espiritual de la humanidad.
En el inicio de Perestroika, el autor alertaba sobre los peligros de una tercera guerra mundial que pondría en peligro la existencia del planeta, por lo que proponía el desarme universal. “El tiempo pasa y no debe malgastarse. Tenemos que actuar. La situación no nos permite esperar el momento ideal: hoy se necesita un diálogo constructivo y de gran amplitud. Es por eso que tratamos de conseguir que haya vinculación entre la televisión de ciudades soviéticas y norteamericanas, entre políticos y figuras públicas soviéticas y norteamericanas, entre ciudadanos comunes soviéticos y norteamericanos”, clamaba Gorbachov en una convocatoria a la paz mundial.
Incomprendido por muchos de sus compatriotas, menospreciado por la izquierda radical de todo el mundo, Gorvachov murió en paz en el Moscú de sus amores el pasado martes. Tenía 91 años, la mayoría de los cuales vivió junto a su mujer Raisa, considerada como una de las mujeres más elegantes de su tiempo.
Vale la pena releer Perestroika, en honor a Gorvachov, su noble creador.