Con nuestras amigas intelectuales dominicanas siempre conversamos sobre la historia particular de la mujer dominicana con respecto a las de otras latitudes, ante la presencia femenina destacada desde los inicios de lo que es hoy la nacionalidad. A la llegada de los españoles en 1492, ya había una gobernante llamada Anacaona, jefa del cacicazgo de Jaragua.
Los pioneros que vinieron de la metrópolis colonizadora eran gobernados por una mujer de nombre Isabel La Católica, con más poder en la España Castellana que su esposo Fernando de Aragón. Una calle de la zona colonial de Santo Domingo se bautizó como Las Damas, en alusión a las cortesanas de la realeza ibérica que arribaron a la Primera Ciudad del Nuevo Mundo, como fue el caso de la virreina María de Toledo, cónyuge de Diego Colón, heredero del Descubridor de América.
Valentina Peguero, profesora e investigadora fallecida hace poco, publicó una extensa obra titulada Mujeres Pioneras Dominicanas: Datos Biográficos y Bibliográficos, en la que destaca que pocos países de América, y quizás del mundo, cuentan con una historia donde la mujer haya jugado un papel tan protagónico como en este pequeño terruño caribeño.
Las semblanzas de Peguero incluyen a las heroínas Chepita Pérez, María Trinidad Sánchez, Concepción Bona y Juana Saltitopa; las intelectuales Salomé Ureña de Henríquez, Virginia Elena Ortea, María Nicolasa Billini, Amelia Francasci y Filomena Gómez de Coba para concluir con dominicanas de esta época que ocupan lugares principales en diferentes renglones de la vida política, profesional y social.
La sociedad francesa, a través de la embajada del país galo en la tierra de Anacaona, publicó un ensayo titulado “Mujeres Inspiradoras: Relatos dominicanos”, que fortalece la tesis de esa historia particular de nuestras mujeres, digna de ser recordada en este marzo del 2025, con la afirmación de que la obra es producto de un concurso celebrado por la delegación, que arrojó “una visión fortalecida de la mujer dominicana y de su mirada hacia otras mujeres”, según la prologuista Souad de Gómez, esposa del entonces embajador francés, José Gómez.