¿Por qué el Louvre no devuelve a Grecia las piezas robadas? El robo resulta aun mayor si contamos el pago que tienen que hacer los turistas para verlas

La propaganda de la Guerra Fría fue tan grande que no se limitó a validar la política de Occidente, sino que bloqueó toda, con una cortina, más que de hierro, la cultura oriental. Esta es la única razón por la que se ignora la existencia de obras de arte universales en museos de Rusia.

Cuando Rusia invadió Checoslovaquia, no se llevó ni un cuadrito a Moscú.

No es agradable para un turista egipcio ver todo el tesoro cultural que Napoleón se robó de aquel país. En una ilustración antigua, se ve a Napoleón, a caballo, observando la esfinge de Guiza… merde, comment vais-je l’emmener? Y quizás esa sea una de las características a tomar en cuenta para catalogar de imperialista a una determinada potencia, no solo en la expansión de su territorio, anexado el robado, sino también el saqueo de elementos culturales (pinturas, esculturas, arqueología y tesoros).

¿Por qué el Louvre no devuelve a Grecia las piezas robadas? El robo es mayor si contamos el pago de los turistas para verlas. ¿Acaso no fue una vergüenza la forma descarada como los soldados de Bush arrasaron con piezas antiquísimas banalizadas y vandalizadas por sus hordas de soldados drogados en Bagdad? ¿Tenía razón Vicenzo Peruggia, aquel artista italiano, en robarse la Gioconda para devolverla a Florencia?

Las personas con un nivel cultural medio han oído, leído o visto , el listado de pinturas, que ya son clásicas, de artistas franceses, italianos, españoles, flamencos; pero desconocen el impresionismo ruso, el arte musulmán, chino, mongol o japonés.

El Museo Hermitage de San Petersburgo es inmenso, no solo por su constitución de cuatro edificios imponentes, mas por la cantidad de obras que contiene. Leer mi artículo sobre el Museo ( https://www.elcaribe.com.do/gente/cultura/

Napoleón Bonaparte ante la Esfinge, por Jean-Léon Gérôme.

Cuando Catalina la Grande heredó el trono de Pedro lll, nieto de Pedro el Grande, recogió su legado que se había concentrado en la tecnología, institucionalidad y organización militar. Ella, en cambio, hizo énfasis en la filosofía, medicina, arte, cultura y educación. Es fácil entenderlo viendo en sus memorias, en francés e inglés, todo el bagaje cultural que aprendió en Europa. Este contacto no lo perdió y en sus viajes aprovechaba para comprar, en las grandes exposiciones de París, Londres, Berlín, Madrid, todo lo que estuviera a su alcance, que no era poco. Para esta labor encomendó a sus embajadores y el resultado es que hoy día el Hermitage contiene obras de Leonardo da Vinci (madonna Litta) y de todos los artistas reconocidos como grandes maestros de la pintura y la escultura.

Catalina compró en 1764 una colección de 225 pinturas neerlandesas y flamencas a un tal Johann Ernest Gotzkowski. En el 1769 adquirió la colección del conde Heinrich Von Brühl con varios Rubens y Rembrandt.

Del Barón Crozat obtuvo pinturas de Raphael, Rubens y Van Dyck. También la colección de Robert Walpole, el Conde de Baudouin, la colección de esculturas de John Lyle-Brown y muchas otras compras legales.

En 1917, La Revolución de Octubre lo declaró Museo Estatal con entrada gratis y empezaron las exposiciones no permanentes de los pintores rusos contemporáneos.

Entre 1920 y 1930, se trasladaron más de 570 al Museo Pushkin de Moscú.

Aunque usted no lo crea, en el Hermitage hay 31 Picasso, 32 Matisse, 7 Monet, 6 Renoir, 30 Rubens, “El almuerzo” de Velázquez, “Be’be’ y Parau parau” de Gauguin, “María de Niña” de Zurbarán, “Casas de Aubers” de Van Gogh, “Joven con sombrero” de Tiziano, “La danza” de Matisse y muchísimas más que Occidente pensaba estaban prohibidas por el “totalitarismo ateo y malvado”.

Napoleón por Paul Delaroche y Napoleon Bonaparte por IA.

Casi todos los historiadores de Arte coinciden, al determinar que el arte es un mundo aparte, aunque no se puede ocultar que los mismos que hacen las guerras lo usan para sus sucias propagandas. Como se hizo con Chagall y con Picasso por mencionar dos.

Lo que sí se puede afirmar, al ver la colección completa del Hermitage, es que ninguna fue un botín de guerra, ni un robo a países débiles, ni un saqueo burdo.

A pesar de la llegada de los rusos hasta París en 1807, luego de la derrota a Napoleón, nadie se llevó una pintura para el Hermitage.

La razón de la guerra, en este 2024, sigue siendo, más que geopolítica, las profundas convicciones ciegas de un fanatismo religioso. Evolucionaron tecnológicamente y crearon armas imposibles, pero el pensamiento es el mismo que los ancla en la Edad Media, o en la época de la colonización de América y el asentamiento, eufemismo del robo de los territorios, en Palestina.

Napoleón Bonaparte por Mercader desde detalle de la obra de Jacques-Louis David

La sinrazón de la guerra que manda al frente a su juventud a matar y a que la maten, con el desdén al arte como bandera, con la irresponsabilidad y deshumanización del profundo sentimiento salvaje, el mismo que fue brújula en el pensamiento bonapartiano.

El deporte, en las nuevas olimpíadas, es un arma de odio entre los pueblos. Pobre Coubertin.
Finalmente, Napoleón no le dio nada a nadie, ni siquiera a Josephine. Su complejo de emperador, como Hitler, como Churchill, Mussolini, como Bush, como Milei o Macron, empujó a sus soldados a la muerte. No el Napoleón de la IA con torre Eiffel de fondo, que él mismo nunca vio, mas el de Ingres, el de Jacques-Louis David, el de Croft o el de Delaroche… todos vistos con el ojo bistúrico de la Psicología.

el-inmenso-palacio-del-hermitage/ ).

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