Película de zombis bastante bien lograda como subgénero del cine de género de terror consolidado en la cultura pop. Los filmes de ficción gore (sanguinolencia) como este hablan bastante de sobrevivencia y de indicios de un mal social. En su iconografía, pese a mostrar la decadencia de la sociedad humana se vuelca sobre una parábola de ley y sumisión irracional al status quo. Ya no es una lucha por la subsistencia, es una condición a donde llega el ser humano por el simple miedo que le provoca cualquier otro ser viviente que suponga un peligro para sí mismo. Y lo más trascendental del filme es la exposición de las relaciones humanas. Ese viaje en un tren donde los pasajeros van siendo atacados por zombis y a su vez estos se convierten en zombis al ser mordidos, nos muestra una cinematografía absorbente por su bien llevada trama frenética que nos va presentando el antes y después de los personajes encabezados por una niña y su padre que protagonizaba un brillante plano digno del cine expresionista y evoca aquellas sombras de Nosferatu aún en pleno sol. El subtexto, el recado, es endiabladamente sazonado en cuestiones sociales y políticas como las relaciones de poder, de cómo ese Poder se codicia o se disipa con acciones individualistas y aprovechadas, la truculencia de la intrepidez y la arrogancia y descaro del momento histórico que vivimos. El tren es una evidencia de la división de clases y segregación, como lo es un avión con sus “clase económica” y “clase ejecutiva”, o como lo eran los autobuses públicos de las luchas civiles lideradas por Martin Luther King en donde los blancos iban en los asientos delanteros y los negros en la “cocina”. Como buen cine, lo más sorprendente es su bien acoplado ritmo visual en un contrapunto entre planos detalles y panorámicas, con los efectos en grupos de zombis en perfecta coreografía con igual estética de cascada ya vista en Guerra Mundial Z, pero muy alejada de esas escenas clichés de blockbusters o series de tv como The Walking Dead. Bien logrados momentos contemplativos visualmente indispensables dan cuenta de la talentosa y creativa dirección. Innova en la acción off, fuera de pantalla aunque con un discurrir convencional de las secuencias y un buen final poético. En Netflix con ese título.
HHHH Género: Acción. Ciencia ficción. Drama familiar de zombis. Duración: 118 minutos