Varios elementos dramáticos sugieren que las guerras al narcotráfico son “fabricadas” con algún fin y no para lo que nos dicen la propaganda y los medios de comunicación sumariamente de que es para acabar de una vez con el narcotráfico. La estrategia de la serie es contar el origen y afianzamiento del narcotráfico en Latinoamérica a partir del 1980; vemos guerras civiles ocultas cuyas víctimas son los pobres. Aunque al mismo tiempo, nos muestra que esa guerra a las drogas es un conflicto de mafias incluso políticas. Lo mejor es la visión que nos da de ese mundo privilegiando el desarrollo de los personajes en vez de las largas batallas a balas. Los personajes son sometidos a una confrontación personal y de sus motivaciones explicitando sus psicologías en lugar de procurar empatía por ellos, mostrando el lado opuesto de ellos como criminales con subtramas familiares. Ese apelo a la familia se va al lado de servidores de esos carteles y sus seres queridos donde ya vemos como efectivamente es la realidad de que quien se someta a actos delincuenciales está metiendo todo lo relacionado con su vida. La manera en cómo cada personaje tiene su respectivo desarrollo enmarcado en un mundo donde todo se compra y se vende, es como vemos los más variados métodos de coerción al servicio del odio y la venganza, y ahí es donde crece un buen ambiente y atmósfera para el suspense. De manera que conforme se desarrolla esa estrategia narrativa el suspenso se acoge a una serie de acontecimientos que llevan a los personajes a un callejón sin salida. En razón de la quiebra de ritmo al mezclar hechos históricos, material documental y la historiada friccionada de los personajes envueltos en la trama, se nos presenta una narrativa con ciertos deslices en su construcción orientados a mantener suspense de manera que estemos interesados en cómo llegaron al destino trágico que siempre tienen los narcotraficantes. Pero esa puesta en escena termina por sucumbir en el interés, pues disminuye fuertemente en la estrategia narrativa debido a escenas obviamente ficticias. Esa estrategia se concentra en los conflictos que llevan los villanos narcos para lograr sus objetivos y la burocracia a que se enfrentan los agentes de la DEA para cumplir sus misiones. Sus amarguras y soplos de felicidad nadan en el mundo del capitalismo estadounidense de los 80 (tan diferente al capitalismo financiero de hoy). Componentes como venganza, codicia y egocentrismo es plausible a estos personajes que llevan la historia. En Netflix.
HHHH Género: Triller histórico. Duración: 3 temporadas de 10 episodios cada una.