Cine minimalista que se centra detalles y profundidad de los personajes y las historias, es una bien modelada pieza de cine sobre situaciones absurdas, angustiosas y opresivas sociales. Muestra la forma y el fondo de una sociedad cuando a falta de amor reina el resentimiento. Una fábula cinematográfica, de la separación de un matrimonio y el aborto accidental, crea un conflicto moral con infinidad de puntos de vista, sin culpables ni inocentes, sin maniqueísmo. Trama realizada con entera honestidad, sin inducir ni manipular, sin proponer soluciones a las cuestiones planteadas, sin buscar héroes o villanos, que deja que cada quien reflexione. Eso sí, valiéndose de la emoción nos lleva a la catarsis a partir de conflictos primarios y universales como la disculpa de actuar y hacer lo que sea para supuestamente proteger a los seres queridos. Y sabemos que al final actuamos por interés propio, porque lo que hacemos es satisfacer nuestro ego. Y nada más. El virtuosismo del guion, dirección y actuación convincente está en enredar la trama con microsituaciones que exponencialmente remiten a macrosituaciones. Una cámara trémula, en las manos casi todo el tiempo, guía nuestra mirada hacia momentos contundentes. Es lo que hace el cine de vanguardia actual: aproximarnos al drama de personajes condenados para experimentar sus dudas, sus dolores, sus expiaciones, pero sobre todo para crear catarsis del ahogo ad infinitum de ellos y de nosotros. Cine de corte enteramente kafkiano nos dice que cualquier intento de ser equilibrado es improbable cuando se quiere consensuar compromisos del pasado y con deberes del presente. Escoger entre el compromiso con Dios y el compromiso de la estabilidad familiar: ¿Dios por sobre todas las cosas o la familia primero que nada? Pues el filme evidencia que nadie está dispuesto a ceder en lo que entiende que tiene razón, y vemos que la principal motivación es no dar su brazo a torcer por orgullo pendejo, por no reconocer una mentira, por creerse por encima de los demás porque Dios está de su parte. Vemos que, si bien aceptamos las leyes, no actuamos con justicia. El tema da para tratarlo desde la perspectiva femenina, pues la de este filme es perspectiva masculina, aunque imparcial no idealizar a la mujer como víctima de un sistema patriarcal, pues idealizarse como víctimas puede simplificar y distorsionar la complejidad de sus experiencias y luchas. En YouTube, con el título: “La separación – Película iraní (2011)”, de Asghar Farhadi. l
HHHHH Género: Drama / Irán, 2011. Duración: 123 minutos