En la incansable búsqueda por potenciar el arte en la sociedad dominicana, es crucial reformar eventos claves como la Bienal Nacional de Artes Visuales. Este llamado a la acción se basa en la necesidad de una dirección a tiempo completo y comisiones de trabajo que fomenten la investigación y validen cada proceso creativo.
Tomemos como referencia la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, cuya dirección ha consolidado un espacio cultural internacional. La Bienal debe transformarse en un evento sostenido por esfuerzos continuos, donde cada artista sea un agente activo en la construcción y validación de su trabajo.
Para este cambio, se requiere la colaboración de entidades como la Asociación Dominicana de Historiadores del Arte y la Asociación Dominicana de Críticos de Arte. La sinergia entre estas organizaciones debe focalizarse en abordar problemáticas del medio artístico y proponer soluciones concretas.
La Asociación Dominicana de Historiadores del Arte al presentar este sábado 18 de noviembre su segunda Jornada Científica sobre “Arte y Educación”, marca un paso hacia la transformación. Se abre un espacio vital para el análisis profundo y la reflexión colectiva sobre el estado del arte en la República Dominicana, así como en Latinoamérica y el Caribe.
En este camino hacia una escena artística más robusta, la participación activa de todos los sectores resulta esencial. Generar propuestas que reflejen el sentir colectivo será fundamental para el éxito de esta empresa común. Repensar el arte en la República Dominicana es más que una reflexión; es una llamada a la acción colectiva.
De modo que las aportaciones por parte de los diferentes especialistas trazan un camino que desde luego abre nuevas aristas para el análisis, estudio e investigación de los procesos artísticos en el contexto dominicano. Hasta ahora, los recursos poéticos han superado a la verdad histórica en la narrativa artística, sin embargo, este cambio no busca desestimar la poesía, sino equilibrarla con un fundamento histórico que legitime al arte dominicano.
La crítica constructiva, impulsada por la colaboración entre artistas, historiadores y críticos, será la brújula que oriente este viaje.