Durante siglos, el arte ha servido como un medio para refrendar los procesos históricos a través de formas y colores. Diferentes medios han servido para transmitir el sentir de uno o varios autores. No obstante, vivimos tiempos desafiantes donde la sensibilidad que ha sido el motor de los procesos creativos, se encuentra amenazada.
Repensar el arte implica no solo mirar al pasado, sino también reflexionar sobre el presente y el futuro de esta expresión única. En un mundo saturado de estímulos mediáticos, donde la inmediatez y la improvisación dominan, la esencia misma del arte se ve desafiada. La sensibilidad, antes motor de procesos creativos, enfrenta amenazas en este contexto vertiginoso.
En el actual ambiente, conducido por lo efímero, la sobreabundancia de eventos no siempre garantiza una mejora en la calidad del arte. Más bien, nos enfrentamos a la urgencia de revisar críticamente cada expresión artística, asegurándonos de que vaya más allá de la superficialidad de la improvisación. Este análisis meticuloso es esencial para estructurar un plan a futuro que no solo celebre la cantidad de eventos, sino que también garantice la excelencia artística.
Y es que, más eventos no necesariamente se traducen en un enriquecimiento artístico significativo. La calidad del arte contemporáneo requiere una revisión crítica, una evaluación profunda que vaya más allá de la cantidad de exposiciones o espectáculos. Es imperativo cuestionar la premisa de que la improvisación constante es el camino a seguir. La estructuración de un plan a futuro para el arte debe basarse en los principios sólidos de los fundamentos de la forma y la estética como filosofía del arte.
En lugar de sucumbir a la rapidez mediática, aboguemos por un arte que perdure, que trascienda el ruido superficial y se erija como testimonio perdurable de la creatividad humana.Repensar el arte significa no solo resistirse a la improvisación, sino abrazar una visión a largo plazo que honre la esencia misma de esta manifestación cultural. En este proceso de reflexión y validación, podemos forjar un camino hacia un arte más significativo y perdurable en la encrucijada de la contemporaneidad.