Si seguimos la línea de la entrega anterior, el arte en el contexto caribeño y latinoamericano no debe verse al margen del proceso de colonización y conquista, pues todo ello ha incidido de manera latente en la forma de pensar y asumir el entorno inmediato. De forma especial, porque el espacio geográfico que nos convoca es producto de un proceso sincrético multicultural y multiétnico.
No podría pensarse en el arte latinoamericano y caribeño sin considerar las mezcolanzas que se han generado y cómo han influenciado profundamente a los creadores visuales. La mirada artística del colectivo en “Centinela” presenta justamente ese discurso, el de las simbiosis y cómo el imaginario de lo ancestral se combina con las experiencias que se van generando con el pasar de los años.
Precisamente, por lo antes referido, resulta imprescindible realizar una parada en la obra de Inés Tolentino, en ella tenemos una mirada compartida; una es la eurocéntrica por ser de madre francesa, y la otra, la mirada caribeña con ribetes árabes por un padre dominicano de ascendencia libanesa. La superposición de elementos, el collage, los colores vibrantes son medios por excelencia en la obra de Inés, los cuales entreteje porque tiene como soporte un dibujo pulcro que la hace reconocible y permite apreciar su capacidad técnica como resultado de una formación integral rica y diversa. Nada en sus composiciones es aleatorio, cada elemento tiene un propósito, una representación y una voz propia que exhibe un conjunto coherente y de una carga social significativa. La mujer se convierte en el centro de su diálogo y se exhibe con una tez oscura sobre fondos de flores multicolores que generan una dualidad entre la belleza natural y la femenina.
La influencia cultural en Inés es notoria, reserva todo ese haber en su imaginario, que se identifica siempre con la dominicanidad. Por medio de sus obras asistimos a un viaje interior que nos devela los procesos de hibridación respecto a su entorno inmediato, que captura formas de representación plenas que describen lo vernáculo y nos permiten identificar las conexiones, perspectivas y apegos en medio de nuestro espacio caribeño.