Introducción

Me luce siempre interesante y diciente traer textos históricos originales sobre la Altagracia. Ellos, pienso yo, nos ayudan a seguir creciendo en el amor a la Virgen con fundamentos históricos. He aquí 10 datos que se remontan desde los comienzos mismos hasta nuestros días. Tomo al menos una referencia de cada siglo.

I. Siglo XVI
1-1512: Se erige la Parroquia de Higüey. Su templo era de tablas de palmas y yagua para unos pocos habitantes. Su nombre es Parroquia de San Dionisio, Obispo de Paris. Conserva ese nombre todavía hoy.
Ese dato consta en los anales de la Arquidiócesis de Santo Domingo.

2-1572: Para esta fecha se coloca la construcción del templo de piedra antiguo, llamado todavía “Antiguo Santuario y/o Parroquia San Dionisio”. Se hizo porque eran tantos los peregrinos que iban a Higüey, que ya no cabían en la pequeña Iglesia de tabla y palmas. Este crecimiento en el número de milagros, nacional y en las islas vecinas, es un milagro en sí mismo. El quinto abuelo del libertador Simón de Bolívar, que lleva el mismo nombre de su descendiente, está ligado activamente a la construcción de este templo, como su Mayordomo. También es un hecho que llama la atención: Una Iglesia pequeña, en el extremo de la Isla, sin recursos, tiene al mismo tiempo un Sacerdote Párroco y un laico Mayordomo. El dato del Mayordomo Simón de Bolívar está registrado también en una tarja en la Iglesia vieja de Higüey, donación de la Academia de la Historia de Venezuela. Hay que recordar siempre que fue la primera Iglesia construida en el país fuera de Santo Domingo.

II. Siglo XVII
3-1650: Los milagros operados por intercesión de la Virgen de la Altagracia eran tantos que ese hecho alentó la construcción de un templo más grande y amplio ya en el siglo XVI, como hemos dicho. El Canónico Jerónimo de Alcocer, en su conocido y famoso documento de 1650 nos da el siguiente dato: “Van en romería a esta santa Ymagen de Nuestra Señora de Alta Gracia de toda esta ysla y de las partes de las Indias que están más cerca y cada día se ven muchos milagros que por ser tantos ya no se averiguan ni escriven…”. Hoy se puede decir lo mismo como también a lo largo de todos los siglos. Siempre he repetido que aún falta por escribir una relación histórica completa de los milagros operados por intercesión de la Virgen de Altagracia. Fui Rector de la Basílica y Obispo de Higüey: fueron miles los milagros de los que soy testigo. No están escritos. Faltan también las historias de familias, que tienen en sus historias familiares milagros de la Virgen de Altagracia, para contar.

Uno de los miles de los milagros del siglo anterior, el XVI, que quedó escrito, lo trae a la memoria el mismo Alcocer. Dice así: “Parece que no quiere Dios Nuestro Señor que salga de aquella Villa (Higüey), porque a los principios enviaron por ella el Arzobispo y Cabildo de la Catedral y se desapareció de un arca a donde la traían cerrada con veneración y cuidado y al mismo tiempo se apareció en su Iglesia de Higüey adonde solía estar”.

Dicho hecho está recogido justamente en uno de los 16 tablones o medallones, que quedan. Está en el Museo Altagraciano, erigido en los mismos terrenos de la Basílica de Higuey. Dice así: “Determinaron los Señores del Cabildo de Ciudad de Santo Domingo enviar un prebendado por N. S. de Altagracia, y habiendo llegado a la barca dieron parte para llevarla en procesión y habiendo venido se hallaron sin ella, y admirados de este prodigio, dispusieron que viniera un prebendado a hacer esta iglesia y dieron gracias a Dios”.

4-1691: Han querido ocupar y ocuparon estas tierras dominicanas tropas españolas, francesas, haitianas y norteamericanas. La defensa de las libertades patrias, ha estado ligado a la intercesión de la Virgen de Altagracia de alguna manera. El intento de ocupación de los franceses está fuertemente ligado a la Virgen de Altagracia y a su fiesta nacional y día no laborable el 21 de enero.

Tomemos para este dato, el texto de Monseñor Juan Félix Pepén, en su libro “Donde Floreció el Naranjo”, quinta edición, 2006, pág. 72: “El 21 de enero fue consagrado como fiesta anual de la Virgen de la Altagracia desde el año 1692, por un voto que hicieron los habitantes de la villa de Higüey. Un año antes, el 21 de enero de 1691, dominicanos y españoles habían alcanzado un triunfo resonante contra los franceses en La Limonade, en territorio de Haití, tomando represalias de la invasión que estos habían hecho a territorio dominicano en razón del estado de guerra que existía entre España y Francia. Lanceros de la región del Este tomaron parte en este combate y como ofrenda a la Virgen trajeron una espada o machete que depositaron junto al altar y se conservó allí hasta el año 1822, cuando por el peligro de la dominación haitiana lo retiró el cura del Santuario, don Marianao Herrera y Saviñón.

El Arzobispo don Isidoro Rodríguez y Lorenzo, a finales del 21 de enero en un decreto en el cual ratifica dicha fecha como la señalada para la fiesta de la Virgen y concede muchas indulgencias a los devotos en ocasión de ella”.

III.Siglo XVIII.
5-1738: De esta fecha data la “Novena para implorar la protección de María Santísima por medio de su Imagen de la Altagracia”, impulsada por el Padre Pedro Arram, Capellán de la Virgen y redactada en la Merced de Madrid para estas tierras, por un sacerdote que ocultó su nombre bajo las siglas I. J. T.
Sigue siendo la novena oficial de la Virgen de la Altagracia del 12 al 21 de enero, aunque se han redactado otras muchas novenas. En la introducción de este texto, escrito 100 años antes de la Fundación de la Sociedad de la Trinitaria, aparece por primera vez el gentilicio “dominicano”.

IV.Siglo XIX
6-1800: Primer escrito impreso en la República Dominicana: la Novena de la Altagracia de 1738. También allí aparece por primera vez impreso el gentilicio “dominicano”. Así se puede decir que la imprenta en la Republica Dominicana empezó con la Altagracia.

7-1811: “Todavía, en las procesiones de la Virgen, se usa un trono de orfebrería estilo autóctono guardado en la Basílica con la inscripción: “Se hiso este Trono siendo Cura el Presbítero el Sr. Dn. Mariano Herrara en el Año de 1811.” Hay un par de ciriales del mismo estilo.” (John Fleury, en su libro “Historia de Nuestra Señora, la Virgen Altagracia”, pág. 515).

V.Siglo XX
8-1922: Coronación Canónica de la Virgen de la Altagracia, en la puerta del Conde, con una corona de oro de siete kilos, elaborada en Santo Domingo, con los objetos que donaban los dominicanos. Primera vez que la Imagen de Higüey ha estado fuera de Higüey, siempre en Santo Domingo. Las otras veces, ha sido en 1944, 1955, 1979 y 2022. Muchos dominicanos entendieron que esta Coronación de 1922 era una proclamación contra los norteamericanos, que entonces ocupaban la Isla. Ese sentido le dieron en ese momento a la oración elaborada para esa celebración por Mons. Adolfo Alejandro Nouel: “Virgen Santísima, Madre Nuestra de la Altagracia, ampara y defiende al católico pueblo dominicano, que hoy te corona y te proclama su única Reina y Soberana”.

9-1971: La Basílica. Bendición e inauguración. De nuevo se hace un templo más grande para acoger la cantidad enorme de peregrinos. Permítanme dar este dato: Cuando trasladaron la Imagen de la Virgen a la Basílica, los higüeyanos conocedores del hecho, cuando querían trasladarla a la Capital para facilitar la visita de los peregrinos, volvió a la vieja Iglesia de Higüey, se dijeron guardando el silencio: -Vamos a ver si se queda en la Basílica.

La Virgen se quedó.
Entonces dijeron: -Le gustó su Basílica. Se quedó. No se fue.
10-1979 y 1992: Papa Juan Pablo II. En su primera visita a América, cuando besó tierra dominicana, quiso encontrarse con el Cuadro de la Virgen de Altagracia y se la llevamos a Santo Domingo, a la Plaza de la Independencia y la coronó de nuevo con una diadema, que lleva junto a su corona de 1922. En 1992 la visitó en su Basílica de Higüey. La única visita que hizo en República Dominicana, fuera de las otras dos visitas, 1979 y 1981, a América en Santo Domingo. La homilía que ese 12 de octubre de 1992 pronunció es de una riqueza doctrinal extraordinaria sobre la Virgen de Altagracia. Igual la oración que le dedicó.

Conclusión

CERTIFICO que he recordado cinco siglos. Hemos dado 10 datos. Pero quedan miles de datos y milagros que recordar en esos mismos siglos. Aquí solo damos una pequeña muestra de la abundancia y grandeza de datos.

DOY FE en Santiago de los Caballeros a los diecinueve (19) días del mes de enero del año del Señor dos mil veinticuatro (2024).

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