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La nación constituye uno de los temas centrales del pensamiento del ensayista, historiador y jurista dominicano Américo Lugo.
En su pensamiento, la nación dominicana no puede visualizarse en su totalidad de forma homogénea y lineal, puesto que pasó por tres etapas dentro de su cosmovisión del ser dominicano siempre atenuado por las circunstancias históricas.
Su visión de la nación no se explica al margen de las posiciones que asumió el liberalismo dominicano de finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX. En el último tercio del siglo XIX los liberales dominicanos fundamentados en unos ideales civilizatorios bajo la expresión de los valores de la burguesía van a asumir la función de organizar, dirigir, educar a un pueblo entero que había conquistado su derecho a la existencia independiente. Américo Lugo formaba parte de esa tendencia del pensamiento dominicano.
En la medida en que el ideal civilizatorio chocaba de frente con el caos del caudillismo, la inestabilidad política y con una sociedad con evidente atraso político y social, Lugo fue mutando hacia una posición liberal-conservadora.
Para explicar su visión de la nación, Lugo recurre al concepto de pueblo y va a considerar que al despuntar el siglo XX gran parte del pueblo dominicano no había adquirido plena conciencia de su condición de nación. Esto supone que en el pueblo dominicano no había ningún elemento de aglutinación social, donde la mayoría de la colectividad no respondía a una elemental constitución ética, y donde la mayor parte de la colectividad carecía de un ideal de progreso, lo cual limitaba la posibilidad de construir un estado dominicano moderno. Sostuvo que no “había que forjarse ilusiones sobre el valer moral del pueblo dominicano. Una inmensa mayoría de ciudadanos que no saben leer ni escribir, para quienes no existen verdaderas necesidades, sino caprichos y pasiones, bárbaros, en fin, que no conocen más ley que el instinto, más derecho que la fuerza, más hogar que el rancho, más familia que la hembra del fandango, más escuela que la gallera”.
Su trabajo de mayor peso “El Estado ante el derecho público” que constituye su tesis doctoral en derecho, ilustra de una forma determinante la evolución de las ideas de Lugo en referencia al pueblo y a la nación dominicana. Su visión de la nación dominicana se enfoca desde una valoración negativa. Su tesis central es considerar que el pueblo dominicano no constituye una nación. Consideró que “el pueblo dominicano no es una nación porque no tiene conciencia de la comunidad que lo constituye, porque su actividad política no se ha generalizado lo bastante”.
Planteó que las condiciones climáticas, derivadas de la ubicación geográfica de la isla era un factor que frenaba el desarrollo normal de la nación. Sostuvo que “el sol tropical era un potente generador de pobreza. Bajo sus terribles dardos el hombre se acoge instintivamente a la sombra de los árboles” . En términos sociales consideró que “el pueblo es un montón informe…una masa caótica de crímenes y de sangre”.
Reivindica la visión de José Ramón López al plantear que la raza conquistadora perdió al arraigarse en Santo Domingo, la costumbre de comer lo suficiente, por la frugalidad de los vencidos y la resistencia física del negro. Ahí, en la condición étnica del pueblo, radica el aspecto principal de la incapacidad política para organizar con él una nación, ya que predominan elementos de una raza que ha mostrado en la historia muy poca actitud política. Siguiendo el discurso de López coincide en sostener que “desde el punto de vista político, la violencia resuelve las cuestiones públicas en el campo de batalla, como las personales por el revólver y el puñal” Esa ausencia de actitud política y de conciencia la sintetiza Lugo cuando afirma que “los rasgos más sobresalientes de la época son el ejercicio absoluto de la fuerza, el abuso de la pena de muerte, la insolencia de los cónsules extranjeros, las misiones con propósito de anexión, la ingratitud hacia los fundadores de la República, la absoluta falta de conciencia nacional” . A estos elementos se agrega el factor comunicación que no contribuye a la creación de una conciencia nacional. Afirmó que “la falta de vías de comunicación mantiene la separación. El provincialismo reina en las regiones. La ignorancia se perpetúa en lo interior, el producto no paga su transporte. No hay mercado, ni existe la ley de la oferta y la demanda” .
Estos factores que adjudica Lugo al pueblo dominicano han posibilitado que no se pueda considerar como nación. Pero si no es una nación ¿en cuál categoría se ubica al pueblo dominicano? Lugo la categoriza solo como una comunidad espiritual “es ciertamente una comunidad espiritual unida por la lengua, las costumbres y otros lazos; pero su falta de cultura no le permite el desenvolvimiento político necesario a todo pueblo para convertirse en nación”.
La intervención militar de Estados Unidos, supuso un giro en su postura. Fruto de esta situación histórica Lugo se vio precisado a variar su enfoque en cuanto a la nación se refiere. Bajo la intervención militar de Estados Unidos en Santo Domingo 1916-1924, Lugo ofreció respuestas diametralmente opuestas a las anteriores, por cuanto era el único medio de legitimar el derecho del colectivo dominicano al ejercicio de la soberanía. Su discurso se dirige a convalidar la existencia de una nación fundada sobre la base de la tradición hispánica. Sostuvo que sea cual fuere el grado de aptitud política que había alcanzado hasta ese momento el pueblo dominicano, era indudable que existía una nación dominicana.
Por tanto, en esta etapa del pensamiento de Lugo, es notable la ausencia de apreciaciones negativas sobre el colectivo nacional. Por el contrario, llega a plantear que la soberanía nacional descansaba sobre el pueblo.
La situación política posterior a la salida de las tropas estadounidenses en 1924 hizo que Lugo se replanteara con acento distinto el dilema acerca de la condición del pueblo dominicano. Los acentos críticos de la colectividad dominicana y la convicción de que el pueblo dominicano no había alcanzado la categoría de conglomerado nacional estarán presentes hasta su muerte.
Como puede deducirse su visión de la nación pasó por tres momentos. ¿Pasará lo mismo con su visión del Estado? Lo analizaremos en el artículo siguiente.
Américo Lugo, “Sobre política”, en Obras escogidas 1 “, (Santo Domingo: Corripio, 1993), 93.
Lugo, “El Estado ante el derecho público”, 388
Ibid., 381
Ibid., 382.
Ibid., 383
Ibid., 386
Ibid., 362
Ibid., 388