Segundo libro de los olvidos (Editorial Hypermerdia) fue presentado por José Rafael Lantigua y Ladislao Aguado
La puesta en circulación del Segundo libro de los olvidos, del poeta y periodista Alfonso Quiñones, se realizó el sábado 9 de noviembre a las 7:00 de la noche en la Sala Aída Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional, dentro de la programación de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo.
La obra fue presentado por el poeta, ensayista, editor y exministro de Cultura José Rafael Lantigua, y el acto moderado por Ladislao Aguado, director de la Editorial Hypermedia (Estados Unidos), quien recordó cómo se tomó la decisión de publicar una antología del autor, a sugerencia del inolvidable poeta y periodista cubano Raúl Rivero, en una taberna de Madrid, donde también estaba presente el poeta y periodista Antonio José Ponte, director de Diario de Cuba.
José Rafael Lantigua utilizó, por su parte, un hermoso y desgarrador símil: el de la soledad del arquero de un equipo de fútbol y la soledad del poeta. “El poeta vive también esa soledad del arquero. No escribe la historia ni hace el relato. Su rol es hacer o deshacer la fiesta. Como el arquero, vive en la inmensidad de la valla vacía. Está solo, el poeta siempre está solo. O espera, o clama, o perfila la soledad que ha de acompañar su escritura y su tiempo”, expresó.
“Alfonso Quiñones, como buen arquero, está atento a los vaivenes de la vida, a los desalientos y a las esperanzas, a las derrotas y a las victorias. La vida es un discurrir de temores y vindicaciones. Enérgico, el poeta robustece su silencio y su soledad en los truenos de sus versos…”, describió Lantigua.
Más adelante recordó que ya “Hay un Libro de los olvidos que se publicó en Santo Domingo hace una docena de años”, justamente a petición suya cuando era ministro. Y dijo de Quiñones “poeta culto, viajero, conocedor de mundos distantes. Poeta del amor, provinciano, hijo de la polis anestesiada de recuerdos, cantor que va directo a sus arcanos, a sus itinerarios… Poeta de jarchas, como las llamaba Eliseo Diego, esas cancioncillas árabes que Alfonso Quiñones construye con remates verspertinos, del tiempo y de la demora, al ritmo cifrado, digamos mejor rimado, con que nadie como el cubano sabe afilar y enfilar”.
Según el ensayista, el poeta Quiñones se mueve entre tres géneros poéticos, y es un “sonetista puro, de endecasílabos abiertos”.
Y más adelante establece: “Este gran conjunto de poemas que delatan que el autor ha ejercido el oficio con la grave permanencia del Otro sobre su Yo distante y cercano, constituye una fiesta inombrable”.
Asistentes al festín
En el público estuvieron presentes Nelson Rodríguez, director de elCaribe; Joan Ferrer, director de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo; Ellis Pérez, presidente del Consejo de Administración de CERTV; Brigitte Veyne, consejera de Cooperación y de Acción Cultural de la Embajada de Francia y su esposo Rixzon Gato Rimbau; Ana Bélgica Güichardo, directora de la Escuela de Comunicación de la PUCMM y su esposo, el escritor Santiago Almada, corrector de elCaribe; Severo Rivera, presidente de Adopae y su esposa Yanet Vargas; Mirna Pimentel, presidenta de la Asociación Dominicana de Cronistas Sociales; el periodista Carlos Nina Gómez; la gestora cultural Verónica Sención; el poeta Basilio Belliard; los expresidentes de Acroarte Máximo Jimenez y Emelyn Balderas; los músicos Antonio Sotolongo y Celestino Esquerré; las artistas María Cordero y María Antonietta Ronzino; el artista visual Geo Ripley; la musicóloga María Falls y esposo; los cineastas Leo Silverio y Agustín Cortés; el productor teatral Juancito Hernández; el crítico de cine Jimmy Hungría; los empresarios Eugenio Periche, Mario Mourelles y Esdras Ramos; Laura Morell. Daysi Suárez, esposa de Alfonso Quiñones y sus hijos Alfonso y David Quiñones, entre otros.
Fragmento de carta de Rafael Alcides Pérez
“Este es el tren de Alfonso. Aquí va Alfonso en su tren pasando por el país de la Poesía. pasan pueblitos, ciudades, países, épocas, gentes, sueños, fracasos, muchos fracasos y sueños de nuevo, pasa todo lo que gracias a Dios, es todavía, y lo que fue o está lejos o aún no ha sido. Es el viaje de un príncipe de la nostalgia, de un mago de la palabra, de uno de los grandes elegíacos de la América de estos tiempos…”