Con su sencillo “Telacutí”, el cuarteto Lo Blanquito anda de boca en boca en las discotecas y en la radio; mientras que por las redes sociales muchas figura del entretenimiento siguen la tendencia colgando un video para dejarse ver bailando la pegajosa canción.
Es uno de los temas del momento, que de la noche a la mañana le ha permitido saborear la popularidad a Alberto Peláez (Beto), Leandro Rosas Beras (Lean), Sebastián Rodríguez (Sholivery) y Sócrates Francis Puello (Soco), cuatro cantantes que hasta hace unos cinco meses daban pasos por separado en la industria discográfica.
Para ellos, la clave de lo que han logrado ha sido, precisamente, por la unión y el apoyo, no solo entre ellos, sino también de sus familias, las mismas que al principio no estaban del todo de acuerdo en que se dedicaran a la música.
“Lo que hace diferente a Lo Blanquito es que supimos, con todo y la rapidez con la que estamos creciendo, saber trabajar en equipo. Somos un grupo de trabajo que nos ayuda a impulsarnos, no solo a nosotros cuatro, sino que detrás de eso hay un equipo de muchas personas que diariamente vela por este proyecto”, dijo Soco.
Más unión
Por eso, los jóvenes cantantes entienden que al movimiento urbano de la República Dominicana le falta unirse para lograr mayor trascendencia y la pegada del género. Sin embargo, destacan que en el mercado en general (incluidas las emisoras, páginas digitales y algunos artistas y figuras) han encontrado un apoyo sorprendente, ya que muchos han compartido su trabajo sin que ellos se lo pidan, y sin la necesidad de recurrir a la payola.
“Cuando haya unión aquí, otros países querrán unirse más con nosotros”, destacó Beto Peláez. “Solo así vamos a llegar todos más lejos, nosotros estamos creando nuestro suelo”, agregó Sholivery.
Un género urbano integral
El talento de la música urbana no está solo en los barrios hoy en día. Al igual que la mayoría de los exponentes urbanos que vienen de los sectores más deprimidos del país, Lo Blanquito comparten el deseo de narrar lo que sucede en su día a día, lo que han plasmado desde temas como “Party de popy”, el primero que grabaron, hasta “Telacuti”, el más reciente.
“De la industria urbana de los barrios nos han dicho que la jerga de nosotros no se entiende, que la jerga nuestra es ‘de lo blanquito”; anteriormente nadie hablaba de eso, nadie decía qué pasa en Piantini, por ejemplo”, sostuvo Lean, nacido en el sector Los Cacigazcos. “Nuestras letras son muy de nosotros, pero identificable para nuestro público; estamos representando lo que vivimos, lo que pasa en el entorno y ambiente”, agregó Sholivery, quien reside en Piantini.
Los integrantes de Lo Blanquito entienden que el público debe terminar con ciertos paradigmas y estereotipos, empezando por su nombre y por qué eligieron la música urbana. Aunque tiene sus orígenes en las calles y barrios, consideran que el género ha evolucionado hasta convertirse en un movimiento de los más populares. “Nosotros podemos ser parte de eso si agregamos cosas nuevas; estamos buscando aportar nuestro granito de arena, poder crecer y exportar lo que hacemos”, indicó Soco (nacido en Las Praderas).
Pero a este cuarteto lo que más le importa es seguir haciendo música para escalar. Su primer show será el 11 de mayo en Hard Rock Live, donde esperan un público diverso de distintas zonas de la República Dominicana.
La música los unió con un mismo interés
El cuarteto se conoció en un estudio de grabación y de inmediato surgió la intención de armar un movimiento para fortalecer sus carreras artísticas individuales. Coincidió que Beto y Soco se conocían desde hace más de 10 años, mientras Sholivery y Lean estudiaban en la misma universidad. Para impulsarse como artistas, empezaron a ofrecer conciertos juntos y el público los llamaba “Lo Blanquito”. Actualmente desean romper con los estereotipos y lograr que se les dé la oportunidad sin crear paradigmas por el nombre que los identifica como agrupación.
Jóvenes que andaban por mundos diferentes
Beto, un joven de 26 años nacido en el Residencial Santo Domingo, es el más conocido. Lleva casi una década en la música urbana y su mayor inspiración ha sido su fallecido padre, el humorista y libretista Milton Peláez. A este se suman Soco, de 24, estudiante de Negocios Internacionales; Lean, de 20, quien era pelotero, pero una lesión lo sacó del terreno de juego a los 16 años. En el proceso de recuperación descubrió su pasión por la música. El grupo lo completa Sholivery, también con 20 años. Aunque estudia Mercadeo, siempre tenía claro su sueño de ser artista.