Besaida Santana Sierra se siente agradecida de haber sido reconocida con la Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana 2023. FUENTE EXTERNA
Besaida Santana Sierra se siente agradecida de haber sido reconocida con la Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana 2023. FUENTE EXTERNA

Besaida Santana es directora general del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (Inaipi), desde donde vela por un mejor futuro para los niños y las niñas dominicanos

Con apenas 20 años, Besaida Santana ingresó a las filas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), recién llegado al país tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Eran tiempos de efervescencia libertaria y esa joven mujer salió a la calle para unir su voz al reclamo colectivo por los derechos vulnerados por más de 30 años.

Militante cercana al líder perredeísta José Francisco Peña Gómez, optó por el trabajo directo con las bases del partido. En 2014 se hizo presente en la fundación del Partido Revolucionario Moderno del que sería subdirectora nacional y coordinadora técnica, integrante de la Comisión Política y la comisión de asesores.

Su primer cargo electivo fue como regidora del Ayuntamiento del Distrito Nacional 1982-1996, así como diputada para el cuatrienio 1998-2002, período en el que convirtió su curul en tribuna a favor de los derechos ciudadanos y de la mujer.

A sus 81 años, sigue activa en el servicio público y en la militancia política, ya que ocupa el cargo de directora general del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (Inaipi), donde tiene toda su energía puesta en la construcción de un mejor futuro para los niños y las niñas dominicanos.

1. Orgullosa de su madre

Nací en Neiba, Provincia de Bahoruco, pero a los dos meses de nacida mis padres se trasladaron a San Cristóbal de donde eran oriundos. Cuando tenía 4 años mi papá, Manuel de la Cruz Santana, murió, tenía 28 años y dejó viuda a mi madre Emilia Sierra Ceballos con 5 cinco hijos huérfanos. De pequeña era bastante tremenda, me encantaba hacerles travesuras a mi madre y a mis hermanos. Recuerdo que cuando mamá me llamaba la atención o no me permitía salir a jugar, luego de comer, tapaba el plato vacío para que creyera que no había comido, entonces ella decía: Ay mi niña no ha comido, pero en realidad el plato estaba vacío, lo hacía para mortificarla, pero si volviera a nacer mil veces, esas mil veces le pediría a papá Dios nacer del mismo vientre de Emilia Sierra, como ella no hay madre. Fue una luchadora incansable, abría sanes, hacía dulce, lavaba botellas en el Hospital Juan Pablo Pina, entre otros trabajos para poder alimentar a sus hijos y darles una educación. Aunque mi madre no estudió, se preocupó de que sus hijos estudiaran una carrera universitaria, ella siempre decía que el saber no ocupa espacio”.

Desde el Inaipi, Besaida Santana trabaja por la construcción de un mejor futuro para los niños y las niñas dominicanos

2. Estudios primarios y secundarios

Estudié la primaria y la secundaria en San Cristóbal en la escuela pública Juan Pablo Pina y también en el Colegio Evangélico. El bachillerato lo hice en el Liceo Manuel María Valencia, donde tuve la oportunidad de conocer a José Francisco Peña Gómez, quien fue un gran amigo. Cada día lo recuerdo con más cariño, él me inscribió en el PRD cuando aún no había cumplido 18 años y no tenía derecho al voto. Cuando terminé el bachillerato vine a la capital a casa de unos parientes, porque iba a ingresar a la UASD. En el 63 estuve como delegada en la candidatura del profesor Juan Bosch y con él tuve mi primer trabajo en Turismo. Recuerdo que a los 7 días de asumir Bosch el poder, Peña Gómez se apareció en mi casa con un nombramiento como Auxiliar de Contabilidad. A Peña le agradezco haber mejorado mi condición económica, como vengo de una familia bien pobre eso me ayudó para continuar mis estudios y ayudar a mi mamá”.

3. Desarrollo político

Tuve la oportunidad de desarrollarme en la vida política gracias al apoyo de Peña Gómez, principalmente. Fui regidora de la sindicatura de su alcaldía, luego diputada, dos veces vicepresidenta del partido a nivel nacional, la más votada en dos ocasiones. Trabajé con él, trabajé en la Fundación de Mujeres por la Educación que él formó y puso a su esposa Peggy a la cabeza. A partir de ahí nos dedicamos a crear escuelas laborales en las que se impartían carreras técnicas, formé 64 a nivel nacional junto a un grupo de damas. Peña Gómez era un asiduo creyente de que la educación era la única base que tenían los pueblos para superarse, crecer y salir de la pobreza. En esas escuelas se daban clases de idiomas, auxiliar de contabilidad, floristería, belleza, costura, entre otros, inclusive les canalizábamos fuente de trabajo, esas personas que aprendían costura encontraban espacios en zonas francas, era un trabajo maravilloso. Una vez un dueño de zona franca nos regaló 30 máquinas de coser”.

4. Estudios universitarios

Ingresé a la UASD a raíz de la muerte de Trujillo, como en el 62, iba a estudiar Química Industrial, soñaba verme vestida con pantalón y saco caqui y un sombrero, pero esa carrera la impartían mañana y tarde y no podía porque tenía que trabajar para costear mis estudios. Para entonces, mi novio y luego mi esposo que acaba de morir hace unos meses estudiaba Administración de Empresa que englobaba contabilidad, auditoría y economía; me dijo que esa carrera es bonita, le contesté que a mí no me gustaban los números. Lloré ese día pero me tuve que inscribir en esa carrera porque las clases comenzaban a las 5 de la tarde. Cinco años después, los dos nos graduamos de administradores de empresa, pero por la Revolución hicimos la investidura en el 66 todos los estudiantes. Nosotros la hicimos especial”.

Besaida Santana expresa que a ella siempre le han gustado mucho los niños

5. Desde la ambulancia

Tenía ese sueño de conocer a Nelson Mandela, lo admiraba mucho. Una vez fui a Portugal a un evento internacional al que él iba a asistir, recuerdo que el día del evento, antes de que llegara la hora de comenzar, Leonor Sánchez Baret se fue a una excursión a la ciudad de Fátima y yo a Sintra Cascais, Peña y Peggy no habían llegado ni algunos de los delegados de fuera. Cuando regresamos, me dijeron que Peña había llegado y había preguntado por mí, entonces fui a buscarlo. Me explicó sobre el evento que se iba hacer con las mujeres y me dijo que hiciera el discurso de Peggy. Me fui a un comedor y ahí me dio un fuerte dolor, Peggy le dijo a Alejandra Faulbaum, una delegada médico chilena que me chequeara, cuando fuimos a la habitación donde me revisó me dijo que era apendicitis. Cuando Nelson Mandela iba llegando solo pude verlo desde la ambulancia, porque me llevaban para el Hospital Dos Capuchos, Lisboa donde me operaron. Ese día de la cirugía fue una locura, nadie quería moverse, todos amanecieron en el hospital, al día siguiente se terminaba el congreso y Peña le pidió a la doctora que se quedara conmigo, también habló con Mario Soares, pero antes de irse me llevó pasta de dientes, cepillo, de todo lo que podía necesitar. Mario fue muy atento conmigo, en el hospital no me cobraron ni un centavo porque él pagó todo”.

6. Legisladora

Cuando estuve en la Cámara llevé tres anteproyectos muy importantes, uno de ellos era sobre energía renovable y qué pena que no se llegó a materializar. En él se creaba un incentivo 20 de años a las instituciones públicas y privadas que se ocuparan de producir esa energía no convencional para evitar así la contaminación por el combustible de petróleo, pero no pasó, se aprobó en la Cámara de Diputados cuando salí de ella, la mutilaron un poco, pero al fin es una ley. Mi segundo proyecto fue de incentivo al desarrollo turístico para que la República Dominicana tuviera 5 grandes polos turísticos, uno en Bahía de las Águilas, por Pedernales, por el Sur, Puerto Plata, Santo Domingo, lo del Este que era lo único que asomaba el desarrollo de Punta Cana y realmente eso también se convirtió en ley, pero ya no estando yo. Lo que sí pasó como ley fue la alternabilidad de la sindicatura, la modificación de la Ley 34-56 que establecía que cuando el síndico en ese entonces ahora alcalde era hombre la vice tenía que ser una mujer y viceversa. El otro fue la cuota que Peña Gómez sometió, que recayó en la necesidad de la participación de la mujer, él sometió un 25% y luego la elevé a un 35 % y se quedó”.

7. SUEÑO TRUNCADO

Trabajé un proyecto que me causó mucha tristeza que no se aprobara, fue un Instituto de Apoyo a la Vejez Desvalida para que tuviera centros dispersos en todo el país como los homs en los Estados Unidos, pero nunca se aprobó, ni le dieron continuidad, no lo sometieron, ese era uno de los proyectos que más me gustaban. En la cámara desarrollé algunas actividades, recuerdo que cuando vino al país Rigoberta Menchú fui lideré el proceso de su llegada, trabajé mucho en la Ley de seguridad Social con Iván Rondón y todo ese equipo caminamos el país entero vendiendo esa ley que lamentablemente estuvo dormida 12 años. Ahora la modificaron y ya tiene un tiempo ahí durmiendo, nunca se aplicó y la mutilaron. Lamentable y tristemente en el país los poderes fácticos y los intereses económicos imponen las situaciones, tuve fuertes choques en la Cámara de Diputados por eso mismo. También sometí un proyecto de ley para eliminar las máquinas de juego en los colmados. Algunos niños de camino a su escuela se quedaban en esos colmados jugando su dinero de la merienda, eso les creaba vicio, no estudiaban, por eso sometí ese proyecto. Los dueños de esas máquinas casi matan a cualquiera, es una cosa fuerte”.

8. Esposo e hijos

Conocí a Pedro Gregorio Báez Peña en el 61, trabajábamos juntos en Obras Públicas, recuerdo que todos los días cuando llegaba al trabajo siempre encontraba un chicle en mi escritorio, me preguntaba a mí misma que quién era que me lo dejaba, hasta que un día me di cuenta de que era él. Nuestra relación comenzó como amigos, luego nos hicimos novios y dos años después nos casamos por la iglesia evangélica en San Cristóbal, porque mi mamá todavía vivía allá. Tenemos 4 hijos, 3 hembras y un varón y 8 nietos. Son unos muchachos excelentes, Cum Laude todos, algunos con 3 idiomas al igual que los nietos. Mi familia es muy unida en valores y principios, vivimos todos en el mismo edificio, estamos siempre juntos. En cada una de las casas se cocina dos veces a la semana y los domingos comemos fuera. Las hembras van a mi casa a maquillarme, peinarme y a tomar café. Ahora a todos nos embarga la tristeza de la pérdida de Lolo como le decíamos a mi esposo, él era una persona maravillosa, me hace demasiada falta. Gracias al Inaipi que me concentro aquí en el trabajo, pero cuando llego a la casa veo las fotos, su ropa que aún no la he movido de su lugar porque todavía no estoy preparada para eso. Lolo fue un compañero ideal, como pareja teníamos discusiones pero siempre llegábamos a un acuerdo, uno de los dos le daba la razón al otro, fue un esposo y un padre ejemplar. Él fue sastre, me hacía pantalones y les hacía los uniformes del colegio a nuestros hijos, lo extraño mucho, él fue un instrumento fundamental para que me desarrollara profesional, económica y políticamente”.

9. Fallecimiento de sus hermanos

Éramos cinco, pero solo quedamos 3, el mayor murió y la más pequeña también, ella murió hace cinco años de cáncer de pulmón, fumaba demasiado. Ella era médico oncóloga, hizo tres años de oncología en Madrid, hizo su especialidad en cáncer de mama y de pulmón. Cuando supo que tenía cáncer de pulmón se quedó callada y no hizo nada para sanarse por no darle mortificaciones a la familia. Cuando ella quiso venir a tratarse la enfermedad ya no había mucho que hacer, ella trató al final de recuperarse pero ya no había tiempo. Tenía 4 hijos varones”.

10. Momento feliz, pero también de mucha tristeza

Haber sido reconocida con la Medalla al Mérito me llena de satisfacción, aunque al mismo tiempo fue un momento triste para mí porque Lolo no estaba conmigo. El presidente Abinader me entregó la medalla junto con Mayra, la ministra de la mujer, una mujer muy capaz y fue un día muy feliz, me sentí agradecida. El presidente muy jocoso me dijo yo dije que no te hicieran nada de reconocimiento, entonces le contesté yo sé que usted se muere si no me hacen ese reconocimiento. Fue un momento feliz, pero al mismo tiempo triste, aunque ahí estaban mis hijos y mi hermana mayor, me sentí triste porque Lolo no estaba, él murió el 8 de febrero, un mes antes del reconocimiento. Sé que él se hubiese sentido feliz de haber vivido ese momento conmigo”.

Besaida Santana Junto al presidente Luis Abinader, la minstra Mayra Jiménez y Milagros Ortíz Bosch en el reconocimiento Medalla al Mértito

Primera infancia

Mi trabajo en Inaipi me gusta, me encanta trabajar con la niñez, me siento muy bien aquí trabajando por la primera infancia. En verdad no conocía mucho de la institución antes de venir, entonces cuando llegué fue que comencé a verlo, realmente los niños siempre me han gustado. Cuando me casé le pedí a papá Dios que me diera 12 hijos, soñaba con una mesa grandota y mi esposo y yo junto a nuestros 12 hijos, pero cuando iba por 4 y al ver que la situación no era fácil, paré ahí. Los niños me llenan de alegría, me llena de satisfacción cuando puedo ver esa sonrisa tan cándida, inocente y saber que estoy haciendo algo en favor de esa primera infancia que es donde empieza la formación de un ser humano. En Inaipi estamos trabajando mucho para eso, no hay descanso”.

Tristeza

Extraño mucho a Lolo, él fue un instrumento fundamental para que me desarrollara profesional, económica y políticamente”.

Orgullo

Mis hijos son muchachos excelentes, Cum Laude todos, algunos con 3 idiomas al igual que los nietos. Mi familia es unida, siempres estamos juntos”.

Amistad

Comencé el bachillerato en el Liceo Manuel María Valencia, allí tuve la oportunidad de conocer a José Francisco Peña Gómez, quien fue un gran amigo”.

Orgullo

Si volviera a nacer mil veces, esas mil veces le pediría a papá Dios nacer del mismo vientre de Emilia Sierra, porque como ella no hay madre”.

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