En la pasada semana, una profunda excavación vertical, con 17 metros de profundidad en su cara septentrional, ubicada en el extremo oriental de la calle Del Sol, en la prestigiosa zona monumental de la ciudad de Santiago de los Caballeros, colapsó desde su cara norte, justo en el borde sur de la acera de la calle Del Sol, y justo en el momento en que varios trabajadores se encontraban al pie del más profundo talud vertical ejerciendo labores de construcción para un hotel de 7 niveles sobre el terreno y 4 niveles de sótanos, produciendo un derrumbe que sepultó la vida de 5 jóvenes trabajadores y dejó a otros dos trabajadores mal heridos.
Al llegar al lugar para inspeccionar el terreno y conocer posibles causas de este terrible accidente fatal, cualquier ingeniero geólogo, o geotecnista, queda impactado al ver el profundo, pronunciado y escarpado talud totalmente vertical cortado en una secuencia de arcillas calcáreas, lutitas arcillosas friables y lodolitas arcillosas friables, quedando evidenciado que quienes dirigían las excavaciones no están muy familiarizados con las geociencias, ni con la ingeniería geotécnica, ni dominan las técnicas de excavaciones seguras en materiales arcillosos friables que se degradan en presencia de agua, pues de haber tenido familiaridad con estas disciplinas, y con el mal comportamiento de estos materiales por presencia de agua, o por vibraciones del suelo, o por sobrecargas, o por empujes laterales, nunca hubiesen llevado el corte de manera vertical hasta los 17 metros de profundidad sin el obligatorio apuntalamiento lateral, ni mucho menos hubiesen permitido que los trabajadores estuviesen justo al pie del lado más profundo de la excavación sin una tarima para la debida protección por encima de ellos.
Siempre hemos dicho y escrito que los suelos arcillosos de mala calidad de la ciudad de Santiago de los Caballeros, y las rocas calizas coralinas de buena calidad de la ciudad de Santo Domingo, son dos cosas total y absolutamente diferentes, y que lo que ingenierilmente se hace en las rocas calizas de Santo Domingo no se debe reproducir fielmente en las arcillas de la ciudad de Santiago, comenzando por el hecho evidenciado históricamente de que los suelos arcillosos de Santiago producen malas respuestas sísmicas porque amplifican el espectro sísmico y muchas estructuras colapsan, mientras las rocas calizas coralinas de Santo Domingo producen excelentes respuestas sísmicas porque no amplifican el espectro sísmico y las estructuras levantadas sobre esas rocas no colapsan, y ahí está la zona colonial de Santo Domingo, con 500 años soportando grandes terremotos, incluyendo uno de magnitud 8.1, y nada ha pasado, mientras Santiago siempre ha colapsado; pero no obstante esa evidente realidad geológica, geotécnica, y sísmica, muchos constructores manejan las arcillas de Santiago de la misma forma en que se manejan las rocas de Santo Domingo, y como en Santo Domingo diariamente se hacen profundas excavaciones verticales en roca caliza que no derrumba, se cree que en Santiago también se pueden hacer iguales excavaciones profundas, y como eso no es verdad, luego tienen que aceptar la realidad del derrumbe y asumir la responsabilidad de los daños por haber cometido una imprudencia que está contraindicada en las buenas prácticas de la ingeniería geotécnica.
Si se pretendía hacer la profunda excavación lo más cerca posible de la acera sur de la calle Del Sol para aprovechar al máximo el espacio para la construcción, entonces debieron colocar pilotes o tablestacas antes de la excavación, a los fines de que los pilotes o las tablestacas soportaran los empujes laterales del suelo, especialmente en períodos de lluvias cuando la masa de agua que entra al suelo aumenta el peso del suelo, incrementa las presiones de poros, ablanda el suelo y reduce la resistencia al esfuerzo cortante del suelo; pero eso cuesta mucho dinero y quizás no se quería gastar mucho dinero en la protección del profundo corte, en cuyo caso debieron cortar 4 bancos de 4 metros de altura, con un metro de berma entre bancos, lo que hubiese alejado el pie de la excavación unos 3 metros desde el lindero de la acera, pero quizás tampoco querían alejarse de la acera, y quizás por eso prefirieron arriesgarse con una profunda excavación vertical de corto plazo, sin proteccion lateral, asumiendo que como estábamos en sequía no habría lluvias y nada pasaría, olvidando que desde principios de marzo dijimos al país que tendríamos lluvias a partir de la segunda mitad de mayo, y así ha sido.
La combinación entre una imprudente y profunda excavación vertical, las lluvias caídas, el ablandamiento del material, la falta de protección lateral, y la falta de una tarima que sirviera de techo a los trabajadores, ha producido como saldo fatal la muerte de 5 jóvenes trabajadores, heridas graves a otros dos trabajadores, daños sicológicos a los familiares, daños a la imagen del proyecto hotelero, daños a la empresa que invierte sus capitales en el proyecto, y daños a la imagen de la ingeniería de Santiago y del país, todo lo cual pudo evitarse si se hubiesen seguido las reglas de las buenas prácticas de la ingeniería geotécnica.