Sotheby´s está vendiendo una grandiosa mansión lujosa valorada en US$45 millones, equivalente a RD$2,520 millones
Se ha vuelto normal escuchar que una casa lujosa en la República Dominicana puede llegar a costar 300, 500 y hasta 800 millones, pero en esta ocasión conocerás la historia de la mansión que está valorada en RD$2,520 millones de pesos.
En Casa de Campo Resort en la República Dominicana, hay una propiedad que medía 1,7 acres, la cual no había sido habitada desde hace 18 años a pesar de haber tenido cinco años en el mercado, debido a la irregularidad de su terreno, narra la pareja Stanley y Conchita Meek, quienes compraron la propiedad.
Los Meek explicaron que además de a condición del terreno otra cosa que medio no atrajo a los posibles compradores era una fuerte caída que hay en el medio.
La pareja no se dejó intimidar: “Era una oportunidad de mina de oro”, dice Stanley, que compraron en 2017.
División de la mansión
Después de derribar el edificio existente, pasaron más de tres años construyendo dos estructuras que miden aproximadamente 25,000 pies cuadrados, trabajando con el arquitecto Arturo Despradel para resolver lo del terreno irregular.
Tras solucionar el tema del terreno, construyeron la casa principal en la pendiente para salvar niveles de propiedad divergentes.
En total, el complejo cuenta con 10 dormitorios de invitados y 13,5 baños. También hay tres dormitorios para el personal y tres baños para el personal.
Motivo por la cual está en venta
Los Meek, que dicen que construyeron esta para ser su “última mansión lujosa”, encontraron recientemente una nueva oportunidad: el hijo de Conchita, Sergio Llach, corredor de Sotheby’s International Realty de la República Dominicana, les mostró una propiedad un poco más pequeña a la vuelta de la esquina.
“Dije: ‘¿Por qué no lo compramos y construimos uno más pequeño'”, dice Conchita. “En lugar de vivir en una casa de 25.000 pies cuadrados, ¿por qué no vivimos en una casa de 18.000 pies cuadrados?” Ese es ahora el plan. Han puesto en venta su casa casi nueva con Llach por 45 millones de dólares”, un precio récord para el país si consigue esa cantidad, según el corredor.
Otras casas de Stanley y Conchita Meek
Este no fue el primer hogar de Conchita en la isla ni el primer hogar de Stanley fuera de su Canadá natal. (Los dos empresarios jubilados se casaron en 2016). “Casa de Campo ha sido mi segundo hogar durante 40 años”, explica Conchita, diciendo que compró y remodeló varias casas durante ese período.
“No se puede construir una mansión lujosa muy pequeña”, dice. A medida que avanzaba la construcción, la pareja siguió haciendo adiciones, aumentando su huella. “Dijimos que nos gustaría tener un teatro”, dice Conchita. “Poco a poco fuimos haciendo la casa cada vez más grande”.
Sin embargo, los grandes rasgos del proyecto estaban articulados desde el principio: la pareja quería un edificio en forma de L con camas en un ala y áreas sociales en la otra. Querían grandes cantidades de madera “principalmente un tipo de cedro” utilizada en puertas, techos y paredes, y querían ventanas enormes para disfrutar de las vistas.
Decoración
Conchita dice que la construcción comenzó en 2018: “Tuvimos 130 personas trabajando aquí durante tres años, construyendo este lugar”. Para el patio de piedra, se cortaron unas 12.000 libras de piedra en Muskoka, Canadá, y se enviaron a la República Dominicana. “Cuatro hombres tuvieron que transportar cada pieza de piedra”, dice. “Cada uno tiene dos pulgadas de espesor”.
Una vez que la mansión lujosa estuvo terminada en 2022, Conchita la llenó con muebles enviados desde todo el mundo, así como decoraciones de artistas locales. Luego contrataron “consultores hoteleros para capacitar a todo el personal, desde alimentos y bebidas hasta las empleadas domésticas”, dice Stanley. “Eso duró tres meses, así que saben cuál es su trabajo, cómo tratar a los huéspedes y, cuando la gente viene, se sienten como si estuvieran en un hotel boutique”.
Actualmente, la casa cuenta con 11 empleados, entre ellos un chef ejecutivo; están preparados para servir al próximo propietario.
Para diciembre, la propiedad tendrá lo que Stanley llama “una discoteca”, con escenario, salón y bar en el primer piso de la casa de huéspedes.