En este debate hay un enfrentamiento ideológico entre grupos feministas y proderechos humanos en general; y sectores ultraconservadores, muchos de ellos religiosos que se oponen a leyes antidiscriminación y a la autonomía de las mujeres.
Un campamento frente al Palacio Nacional por el que desde hace seis días desfilan mujeres y hombres de diferentes edades, clases sociales y zonas del país se ha convertido en el símbolo de la resistencia contra el conservadurismo que impide a las mujeres interrumpir el embarazo de forma segura si su vida se encuentra en riesgo, el feto es inviable con la vida o es producto de una violación o de un incesto.
Entre performances de “spoken word”, yoga, música de palos, entrevistas a la prensa y conversaciones, un grupo resiste y promete permanecer hasta que se aprueben las causales o el presidente Luis Abinader vete el Código si penaliza el aborto en toda circunstancia. Otros proderechos buscan y organizan los insumos de esta resistencia: colecta comida, agua, café, casas de campaña, seguridad.
Virtudes de la Rosa, 63años, maestra, feminista, esposa y madre de cinco mujeres, una hija biológica y cuatro de crianza, amaneció en el campamento para protestar porque después de 20 años de discusiones, todavía las mujeres tienen que morir o someterse a la crueldad de continuar con un embarazo producto de una violación.
“Veinte años de debates y luchas pacíficas para despenalizar estas tres causales han sido estériles, y recientemente la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados aprobó un informe para dar paso a un Código Penal que penaliza el aborto de forma absoluta. Por eso estamos aquí, frente al símbolo del máximo poder político, porque el presidente Luis Abinader, y José Ignacio Paliza, que es el presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), partido gobernante y con mayoría en el Congreso, está aquí, en el Palacio”, enfatizó de la Rosa, que ha acompañado a los jóvenes que han decidido instalarse en lo que han llamado El Campamento de la Dignidad, ubicado en la avenida México esquina Delgado.
¿Por qué protestan los jóvenes?
La psicóloga de 22 años Marie Durán, residente, como Virtudes de la Rosa, en el Distrito Nacional, durmió en el campamento porque entiende que negar el derecho a interrumpir el embarazo en casos extremos es una violación a los derechos humanos, y desea que el país no se encuentre entre los pocos que condenan a muerte a una mujer si su embarazo pone su vida en riesgo.
A la pregunta, ¿cómo le explicarías tu posición a un joven que piensa que quienes están en el Campamento de la Dignidad está en contra de la vida?, respondió: “Es un tema de derechos humanos, estamos a favor de la vida de las mujeres”.
Su experiencia en el campamento fue de solidaridad y camaradería: “Hicimos como un círculo, explicamos las razones de por qué estábamos aquí, compartimos con los policías, descubrimos que muchos de ellos entienden la necesidad de que se incluyan las causales en el Código Penal y bebimos café que las personas nos trajeron”, comentó.
También hubo hombres que amanecieron para apoyar a las mujeres que exigen dignidad. Franklin Gómez, de 25 años, estudiante de sociología, residente en Santo Domingo Este, dijo: “Estuve ahí por apoyar a las compañeras que hicieron este acto de tomar espacio público que es de todos y de todas”.
En tanto que Katherine Cabrera, 27 años, madre de un niño de un año, residente en Semana Santa, provincia San Cristóbal, no pudo amanecer en el campamento, pero ha participado de las actividades para demandar las tres causales.
“En realidad somos proderechos, exigimos el derecho a que una mujer decida si vivir o no, que decida sobre la dignidad, sobre la integridad, es lo mínimo, eso es la democracia. Yo soy madre, decidí ser madre, me gusta ser madre, y pienso que el cuerpo de la mujer no puede verse obligado a morir por el hecho de dar vida”, afirmó.
Las protestas no son solo en la Capital. Grupos de mujeres han empezado a movilizarse en otros puntos del país como Santiago, San Juan, Barahona y San Cristóbal para exigir al Estado y concretamente al PRM que cumpla con lo que comprometió en campaña, y apruebe las tres causales. Mujeres políticas como la senadora perremeísta Faride Raful, y la funcionaria Milagros Ortiz Bosch han mostrado su apoyo a las mujeres del Campamento de la Dignidad.
“Llamamos a nuestros compañeros y compañeras de partido, a que asuman la postura oficial de la dirección ejecutiva del PRM, en la que nos comprometimos a garantizar la vida, la salud y la dignidad de las mujeres por la inclusión de las tres causales en el Código Penal”, plantearon funcionarias de este gobierno en un comunicado, luego de visitar el campamento.
Después de que se instaló el Campamento de la Dignidad, grupos que se hacen llamar Provida invitaron a una marcha para presionar al Congreso con el fin de que no introduzca las tres causales que permitirían salvar las vidas de las mujeres o evitar que niñas violadas por familiares se vean obligadas a parir a sus propios hermanos, sobrinos o primos. En 2020 se reportaron al menos 290 incestos según datos de la Procuraduría General de la República.
“¡Toda la República Dominicana se une en este mes de marzo para celebrar el día Nacional del Niño por Nacer en la gran #CaravanaCelestePoLaVida!” se lee en la cuenta de los autoproclamados “Provida”.
En las redes sociales hay un debate entre los autoproclamados “provida” (llamados también antiderechos por sus oponentes) que están en contra de las causales, y los grupos feministas y otras organizaciones proderechos humanos. Hay una guerra de etiquetas para posicionar los dos discursos antagónicos. Los grupos proderechos utilizan la etiqueta #lascausalesvan y los que se hacen llamar provida crean conversación con #RDesProVida.
Los políticos que han apoyado las causales han recibido ataques personales. Un usuario de Twitter que se identifica como Provida señaló: “Faride Raful ama a su hijo, pero legisla para que mates al tuyo”, en un mensaje que tenía una foto de la legisladora y su hijo.
A José Horacio Rodríguez, de Alianza País, lo han acusado de apoyar una agenda inmoral supuestamente impulsada por organismos internacionales.
¿Pero qué hay en el fondo de esta negación de derechos a las mujeres?
Por un lado, el conservadurismo tradicional dominicano y el poder de las iglesias Católica y protestantes para influir en políticas públicas impide que se tomen medidas desde la salud pública, los derechos humanos y la autonomía de las mujeres. Por otro, se ha recrudecido una lucha en toda América Latina en la que grupos de la derecha radical se han aliado a sectores religiosos muy conservadores para enfrentar un creciente movimiento pro derechos humanos y feminista.
De esas dos visiones encontradas y sus intentos para influir en las políticas públicas, se da el desencuentro de grupos antagónicos que utilizan incluso los colores y eslóganes que ya se han usado en varios países de la región, como Argentina, Chile y Puerto Rico. Los llamados “provida” utilizan el azul celeste y las feministas y otros defensores de derechos humanos el verde.
Esta vuelta del conservadurismo es también un fenómeno global. En el especial “Peligro, cruce a la derecha” editado por Omar Rincón, y realizado a partir de reporterías en Chile, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana y México, se afirma: “La ultra derecha es un fenómeno global que ha perdido el pudor de llamarse autoritaria y militarista y que se organiza en nombre de dios, patria y familia para luchar contra la agenda de los derechos, los feminismos, los cuerpos diversos y esa falacia del calentamiento global. Pero a su vez, las ultraderechas son fenómenos nacionales que responden a unos modos de la historia y cultura política de cada país”.
Los grupos ultraconservadores tejen redes transnacionales y se apoyan de diversas maneras, incluyendo el respaldo a sus campañas de redes sociales, tal como lo hacen los feminismos y otros movimientos sociales. Las luchas nacionales se interconectan ahora fácilmente con espacios regionales, incluso en países que, como República Dominicana, en el pasado han actuado relativamente aislados y con cierto desfase con respecto a lo que ocurre en el resto del continente. La ironía es que los ultranacionalistas apelan ahora a la solidaridad transnacional para negar derechos en sus propios países. ¿Irán las causales? Hasta ahora los movimientos feministas han ganado batallas por la autonomía de las mujeres en América Latina, pero también se posicionan con fuerza los conservadores. El PRM dice en sus estatutos que es socialista democrático, y el principal partido de oposición, el Partido de la Liberación Dominicana, se define como progresista. La aprobación o la no aprobación de las causales es uno de los termómetros más efectivos para medir su verdadera ideología.
¿Cuáles otros países de América Latina y elCaribe prohíben el aborto en toda circunstancia?
Además de la República Dominicana, solo El Salvador, Honduras, Nicaragua y Haití prohíben el aborto en toda circunstancia. No lo permiten ni para salvar las vidas de las mujeres.
¿Quiénes integran la Comisión de Justicia?
La Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados emitió un informe favorable a la aprobación de un Código Penal que prohíba el aborto en todas las circunstancias. Está integrada por 15 miembros: siete del Partido Revolucionario Moderno (PRM), cinco del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), uno de Fuerza del Pueblo, uno del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), y uno de Alianza País. En este grupo solo hay una mujer, Rafaela Alburquerque, que resultó electa por el PLD.