El exprocurador Jean Alain Rodríguez, durante los ocho meses que tiene cumpliendo prisión preventiva, ha mantenido una intensa agenda en el ejercicio de su defensa y ha recurrido a varias instancias que van desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hasta la Suprema Corte de Justicia (SCJ).

Desde julio del pasado año, el exfuncionario está preso en Najayo por su vinculación al caso Medusa, tiempo en el cual ha sometido al menos ocho recursos, entre ellos, la recusación a decenas de fiscales, demanda contra una jueza, una petición para que realicen una auditoría a sus bienes y una solicitud de medida cautelar ante la CIDH.

Las últimas de las solicitudes que Jean Alain presentó a través de sus abogados, que denunciaron que este caso se trata de una venganza y no de justicia, fue la semana pasada cuando recusó a 29 fiscales, entre ellos entre ellos a Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho, directores de Persecución del Ministerio Público y de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), respectivamente, para que en su lugar sean designadas otras personas.

Unos días antes, el 25 de febrero, se dio a conocer que el imputado solicitó a la Cámara de Cuentas y a la Pepca, que realicen una “exhaustiva” auditoría a sus bienes con el que quiere que se demuestre lo que ha dicho varias veces: que su patrimonio es lícito.

Al titular de la Pepca, Wilson Camacho, no solo lo recusó, pues previo la petición que le hizo de una auditoría, solicitó a la Cámara de Diputados que lo interpele para que explique el “estado de abandono, deterioro y destrucción” de cárcel La Nueva Victoria, cuya obra se encuentra en un proceso de auditoría.

El 17 de febrero, los abogados del exprocurador demandaron civilmente a la jueza Kenya Romero por daños y perjuicios con el objetivo de que sea condenada al pago de 15 millones de pesos por “negarse” a expedir unas certificaciones sobre las resoluciones que han sido dictadas a solicitud del Ministerio Público relacionadas a la investigación.

Le molesta el nombre medusa

El día 9 del mismo mes, Jean Alain acudió al Tribunal Superior Administrativo (TSA), donde elevó una acción de amparo para que eliminen su nombre con todo lo que tenga que ver con la Operación Medusa. Dicha petición no fue conocida por este tribunal que se declaró incompetente.

Pero la cosa no se queda allí, en diciembre pasado, se querelló disciplinariamente contra la misma jueza Kenya Romero bajo el alegato de que “atropelló y violentó” su derecho de defensa durante la audiencia de medida de coerción.

Para octubre del pasado año, ante la negativa de un tribunal de sacarlo de prisión, el imputado recurrió a la Suprema Corte de Justicia (SCJ) que declaró inadmisible el recurso de casación que interpuso alegando violación de derechos fundamentales.

Y anteriormente, en septiembre, su familia sometió una solicitud de medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en búsqueda de “preservar la vida e integridad física” de su pariente.

Los libros que mandó a periódicos

Al margen de esto, está la apelación para que lo sacaran de prisión y las veces en que, durante la revisión de la medida de coerción, solicitó la variación de la prisión preventiva.

Y también, se dedicó a enviar a los medios de comunicaciones libros donde expone lo realizado durante su gestión para humanizar las cárceles del país.

Junto al documento remitió una carta en la que manifestó que el plan de humanización de las cárceles que implementó durante su gestión debe ser “replicado por todas las gestiones de gobierno”.

Denuncia violación de derechos a Jean Alain

El presidente del Instituto de Derechos Humanos de la Asociación Mundial de Juristas, Juan Carlos Gutiérrez, denunció ante la oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, que el exprocurador Jean Alain Rodríguez es actualmente víctima de violación de los Derechos Humanos en la República Dominicana. Señaló en su misiva que la organización Mundial de Juristas estudió el procedimiento judicial seguido al exprocurador, observando desproporcionalidad en la medida de privación de libertad en su contra, además de ser innecesaria, considerando su arraigo familiar, personal y profesional en el país, su asistencia voluntaria ante la sede de la Procuraduría General.

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