El término estanflación, no estagflación, stanflación o stagflación, es el adecuado para hacer referencia a la situación combinada de nulo crecimiento económico, o incluso depresión, y altas tasas de inflación, con incidencia en el aumento paulatino del desempleo.
En los medios de comunicación se ven con frecuencia españolizaciones impropias: «¿Estagflación o recesión a la vuelta de la esquina?», «Esa es una receta para las quiebras empresariales y una crisis financiera, con economías en “stagflación”, como en los años setenta del siglo pasado» o «Tras la covid-19, es más probable que la economía estadounidense de los próximos años sufra de estagflación que de “sobrecalentamiento” inflacionario».
La voz stagflation —a partir de stagnation (estancamiento) e inflation (inflación)— se utiliza en inglés, desde la década de 1960, para designar este concepto económico. En español, para referirse a él y siguiendo el modelo del término inglés, se ha formado estanflación, de estancamiento e inflación, que el diccionario académico define como ‘situación de estancamiento económico, con aumento del paro y de la inflación’.
Por tanto, en los ejemplos anteriores lo apropiado habría sido escribir «¿Estanflación o recesión a la vuelta de la esquina?», «Esa es una receta para las quiebras empresariales y una crisis financiera, con economías en estanflación, como en los años setenta del siglo pasado» y «Tras la covid-19, es más probable que la economía estadounidense de los próximos años sufra de estanflación que de “sobrecalentamiento” inflacionario».