El presidente de la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados (Andeclip) calificó como devastador el desempeño de las clínicas privadas ante la presencia del coronavirus en el país.
“Sobre todo los primeros dos meses la presencia del coronavirus para las clínicas en particular fue devastadora, porque perdieron más del 80 por ciento de sus pacientes”, indicó Rafael Mena, presidente de la entidad a elCaribe a través de una conversación telefónica.
Aseguró que el miedo que hay en la población y lo que ha ocasionado el coronavirus es peor que el virus en sí.
“Pienso que los pacientes de mayores problemas tuvieron miedo de contagiarse con el virus. Porque los pacientes renales no se atendieron adecuadamente y se perdió el contacto con ellos, lo mismo le puedo decir de los hipertensos, diabéticos y todos pacientes que sufren una enfermedad crónica, se fueron alejando”, apuntó.
Mena agregó que como se puede ver es una situación de conjunto, y además económico porque el sueldo de las enfermeras, cubrir el gasto de los consultorios, y un médico que vea uno o dos pacientes al día, evidentemente que no puede subsistir.
Sostuvo que las personas que acudían a las clínicas, alrededor de un 15 por ciento, eran porque estaban obligados a ir. Pero los que necesitaban seguimiento con las enfermedades crónicas ellos mismo se suspendieron las visitas al doctor.
Atribuyó la situación a que hubo mucha confusión en torno al seguimiento de las consultas por la falta de comunicación entre pacientes y especialistas, ya que en ocasiones cuando el médico acudía al centro para realizar consultas, entonces el paciente no asistía. “Hubo mucha confusión por temor al virus”.
Indicó que, debido a ese panorama, muchas clínicas se vieron obligadas a cerrar y otras tuvieron que solicitar se les integre en el Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado (FASE), implementado por el Gobierno.
Ante ese panorama, el presidente de Andeclip espera que a partir de la apertura gradual o desescalada el flujo de los pacientes se mueva un poco más.
Aunque aseguró que ya se ha comenzado a reanudar paulatinamente las actividades en las clínicas, dijo que las visitas no están activas como antes.
Señaló que la situación impactó a negativamente casi todos los sectores porque nadie estaba preparado para enfrentar una crisis sanitaria de esa magnitud. Y que, en el caso específico de las clínicas se tuvo que invertir en la adecuación de espacios, compra de equipos y materiales para dar soporte a los contagiados.
Informó que el equilibrio financiero de las clínicas ha sido golpeado por la avalancha de casos de coronavirus y la adquisición de equipos de bioseguridad para su personal.
“Fue algo que vino de repente y en las clínicas se prepararon áreas, sobre todo en cuidados intensivos, que se fueron aislando y se destinaron algunas salas. Además, se compraron algunos respiradores. se entiende que fue producto de la necesidad porque nunca nos imaginamos algo parecido”, manifestó.
Rafael Mena dijo que apoya la decisión del Poder Ejecutivo de abrir las actividades económicas, ya que, a su juicio, “tenemos que aprender a vivir con esto” (el virus), aunque enfatizó que hay que guardar la distancia y cumplir con todas las medidas necesarias para evitar un nuevo brote de coronavirus.
Apoya apertura de centros de salud
Mena expresó que los médicos deben tomar la debida precaución para que sus pacientes no se agrupen en los consultorios, por lo que respaldó a los centros de salud privados y especialistas que han reiniciado las consultas presenciales para ver los pacientes. Igualmente, llamó a los pacientes a que acudan a las clínicas y donde sus médicos y especialistas dotados de las medidas de bioseguridad para evitar contagios del coronavirus.
Mena sugirió que, en las clínicas, tanto los médicos como los pacientes deben cumplir los protocolos de bioseguridad, y usar conscientemente mascarillas, guantes y guardar distancia entre personas.
En ese sentido, instó a la población a que recobre la confianza en los centros privados y los médicos para que se vuelva paulatinamente a la normalidad y a las actividades de costumbre.