ARLINGTON, Texas — La esperanza de los Tampa Bay Rays de provocar que la temporada del 2020 se decida en un juego final de vida o muerte descansa en el brazo zurdo de Blake Snell, el único pitcher abridor que ha salido relativamente airoso contra los poderosos Los Ángeles Dodgers en la actual Serie Mundial de las Grandes Ligas.
Pero para llegar a un séptimo y decisivo, Tampa Bay tendrá que ganar el sexto juego del clásico de otoño, programado para jugarse el martes en el Globe Life Field de Arlington. El novato Tony Gonsolin, el mismo que enfrentó a Snell el pasado miércoles en el juego 2, abrirá por Los Ángeles.
El equipo con ventaja de 3-2 ganó 44 de las previas 67 ocasiones (65.7%) en la Serie Mundial. Los Dodgers han ganado cinco de sus últimas seis oportunidades para sentenciar la final del béisbol, siendo la excepción el séptimo encuentro del 2017 ante los Houston Astros. Tampa Bay nunca ha jugado más allá del quinto choque de la Serie Mundial, pero está invicto en los dos partidos en que enfrentó la eliminación este año y posee un espectacular 10-5 de por vida en esa instancia.
Ambos equipos prefirieron no trabajar el lunes, en el segundo día libre de la serie.
“Realmente no habíamos tenido un real día libre en la esta postemporada tan única”, dijo Kevin Cash, el manager de los Rays, que necesitaron jugar los cinco encuentros de las series divisionales contra los New York Yankees y de la serie de campeonato frente a los Astros para conseguir la representación de la Liga Americana por segunda vez en su historia y primera desde el 2008.
“Pienso que será bueno para nosotros, porque nuestro bullpen estará más fresco y si hablamos de ritmo, pués podría servir para frenar a los Dodgers un poco”, agregó Cash.
Pero más que un tiempo fuera, Tampa Bay necesitará que Snell detenga la ardiente ofensiva de los Dodgers, que encabezan la postemporada con 98 carreras anotadas, tras terminar primeros en carreras y cuadrangulares durante la serie regular.
El pitcheo de Tampa Bay, que tuvo efectividad de 3.56 en la serie regular (#3, detrás de Los Ángeles y Cleveland Indians), permitió 29 carreras limpias en 44.0 entradas (5.93 de efectividad) a la mejor ofensiva del año, en los primeros cinco juegos de la Serie Mundial. Los Dodgers, además, han caminado 23 veces, un promedio de 4,6 boletos por juego.
“Es difícil, porque van a hacer ajustes”, dijo Snell, quien no ha podido alcanzar seis entradas en ninguna de sus 16 aperturas del año, incluyendo las cinco que tiene en los playoffs.
“Me han visto, así que van a hacer ajustes a lo que acaban de ver. Sé que tendré que hacer ajustes a lo que vi anteriormente”, dijo Snell, quien ganó el Cy Young del joven circuito en el 2018, pero no ha mostrado esa misma forma en las últimas dos campañas.
Snell (2-2, 3.33 en 24.1 innings de playoffs) permitió dos carreras, regaló cuatro pasaportes y ponchó a nueve rivales en 4.2 entradas el miércoles en el juego 2, que ganaron los Rays para empatar 1-1 la Serie Mundial. Solamente el relevista John Curtiss (2.70 en 3.1 IL) tiene mejor efectividad que Snell (3.86) entre los pitchers de Tampa Bay con al menos tres entradas en el clásico de otoño.
Snell tiene promedio de efectividad de 3.03 en 29.2 innings en su carrera en postemporada y solamente en una ocasión le anotaron más de dos carreras.
Pero incluso si Snell lo hace bien, un poco de ofensiva extra no le caería mal a Tampa Bay, que encabeza la postemporada con 33 jonrones, pero batea .214 en sentido general y .192 con corredores en posición anotadora. Los Rays promedian 4.2 carreras por juego en la Serie Mundial, contra 5.8 de los Dodgers.
“Tenemos que encontrar la forma de mejorar la ofensiva”, dijo Cash”. “Vamos a tener discusiones sobre las mejores opciones para la alineación el martes. Escuché a varios de los muchachos decir luego del partido del domingo, vamos a disfrutar el día libre y estar listos para el martes. Pienso que estaremos bien”, dijo el dirigente.