El término banco malo, que se utiliza para referirse a una entidad financiera que adquiere los activos tóxicos de otros bancos, se escribe en minúsculas y no necesita comillas ni cursiva.
En los medios, es frecuente encontrar ejemplos como los siguientes: «Así está ahora la situación del ‘banco malo’», «Lo que espera Almería del Banco Malo: 493 viviendas más» o «Las autoridades chinas autorizaron al gestor estatal de activos Huarong, el mayor “banco malo” del país, a emitir bonos».
El concepto banco malo se utiliza para designar a un fondo destinado a comprar activos problemáticos de la banca. No se trata del nombre propio de una institución (que, en el caso de España, es la Sareb), sino de un término informal que se usa para referirse a este tipo de entidades. Así pues, como nombre común, lo adecuado es escribirlo en minúsculas.
Igualmente, no es necesario destacarlo con comillas ni cursiva, ya que se trata de un concepto asentado en el sector económico.
De esta forma, en los ejemplos anteriores habría sido más adecuado escribir «Así está ahora la situación del banco malo», «Lo que espera Almería del banco malo: 493 viviendas más» y «Las autoridades chinas autorizaron al gestor estatal de activos Huarong, el mayor banco malo del país, a emitir bonos».