El vegano obtuvo dos preseas de oro en pesas. Su meta es pertenecer a la selección nacional desde 2019
Ni el peso más fuerte le quitó la peculiar sonrisa a Oriberto Cabrera, quien llegó a los Juegos Deportivos Nacionales Hermanas Mirabal con la firme ilusión de participar, y salió con dos medallas en la disciplina de levantamiento de pesas colgando de su cuello.
Sus lágrimas se enredan con la felicidad indescriptible de un joven oriundo de La Vega, donde hace seis meses entrenó día y noche para ver su nombre impregnado en el mural de competencias.
Lo que nunca imaginó fue que su actuación lo convertirían en una grata sorpresa y a la vez, en un tesoro escondido que se descubrió en los XIV Juegos Nacionales.
“Me siento muy feliz, son mis primeras medallas de oro, nunca pensé que obtendría dos medallas de oro y siendo de aquí mismo de la Zona Norte, me siento muy orgulloso de mí mismo. He luchado mucho por estar aquí, no ha sido fácil”, expresó Cabrera a elCaribe.
Montó un show
Cabrera mostró su talento a través de su fuerza, potencia y velocidad en las modalidades de arranque y envión en la categoría 55 kilogramos, y se alzó con dos preseas doradas.
“Me sentí un poco nervioso al ver tantos atletas de mi disciplina, en 55 kilogramos, nunca pensé coger esas dos medallas. Estos juegos me han servido para tener más experiencia, además de que otros pudieron ver que soy capaz de hacer. Al principio estaba muy nervioso, porque no quería hacer mal el trabajo”, manifestó Oriberto, quien tiene 20 años.
Su sonrisa no esconde por todos los tramos que ha tenido que pasar para llegar hasta aquí.
Su pasión por las pesas no comenzó sin momentos duros. De hecho, a pesar de su corta edad, ha tenido que empeñsarse a fondo para mantenerse. Trabajó llenando barricas de agua con cubos, desde muy pequeño, hecho que lo ayudó a forjar fuerzas en sus músculos. Continuó con las labores de recoger cerezas, y cuanto trabajo apareciera para contribuir con su familia.
“Trabajaba para poder defenderme. He trabajado mucho en esta vida, y al menos encontré una manera de llenar mi vida. Realmente, no conocía nada de las pesas. Yo practicaba baloncesto pero hace dos años empecé a practicar pesas, y en ese tiempo se ha convertido en algo verdadero, nunca había pensado que se iba a convertir en algo tan mío. Ahora es mi pasión”, sostuvo Cabrera, quien es estudiante universtario de la carrera de educación física.
Oriberto está enamorado de un deporte que lo ha sacado de la tristeza, que se ha apoderado de su corazón para construir su camino hacia la selección nacional dominicana de halterofilia.
“Estoy luchando para en el 2019 ser parte de la selección, estos juegos me han ayudado a que me vieran y se han acercado a mí, espero con Dios mediante poder dar ese paso”, agregó Cabrera, quien agradece a sus padres y a su entrenador Roque Reynoso por los logros obtenidos hasta el momento.