Algunas edificaciones o ruinas de la conquista, siguen en franco deterioro, a pesar de la voluntad de muchos

Las ruinas son como párrafos saltados de una carta de amor del pasado, donde muchos párrafos fueron borrados. Cuentan fragmentos de la vida de épocas que apenas podemos imaginar. Cada vez que se salva un inmueble del deterioro total, parte de la memoria histórica cobra nueva vida y con ella el sentido de la existencia y la cultura de un país.

Quien hoy pasea por el centro histórico de Lima y ve esos magníficas edificaciones coloniales tan bien conservadas, se debe a que en 1974 el BID prestó US$26 millones al Gobierno. Así mismo en 1977 el centro histórico de Panamá y sus restos históricos fueron rescatados gracias a un préstamo de US$24 millones. En 1996 prestó US$400 millones para financiar el programa de desarrollo turístico del Nordeste de Brasil. En 1994 Quito había sido beneficiada con US$42 millones para la rehabilitación del centro histórico de la ciudad. Se trata de una larga lista de patrimonios que datan de los siglos XV al XIX en varias ciudades de Latinoamérica que han sido salvados gracias a ese proyecto del BID.

“La rehabilitación de la parte histórica del centro de Santo Domingo ha combinado inversión pública en infraestructura y restauración de edificios con la aplicación estricta de normas de conservación. Esto ha permitido reconstruir la Ciudad Colonial del siglo XVII. Aun cuando logró restaurar edificios monumentales y establecer museos de primera categoría, no ha sido fácil atraer la inversión privada requerida para diversificar las actividades económicas. Según los inversionistas privados las regulaciones son excesivas (restricciones en el uso de los edificios y el mejoramiento del acceso vehicular a la Ciudad Colonial), y limitan el flujo de inversiones a la zona. Otrosfactores que impiden el desarrollo son deficiencias en el suministro de electricidad y el sistema de drenaje, al igual que los complejos arreglos institucionales para el control del desarrollo que actualmente comparten el Patronato, la Oficina de Conservación del Patrimonio y la Municipalidad. El mantenimiento de los edificios y espacios públicos restaurados está totalmente en manos del gobierno central el cual aporta en forma regular recursos para cubrir estos gastos. Este arreglo no garantiza la sustentabilidad de largo plazo del esfuerzo de conservación ni la distribución equitativa de sus costos entre los beneficiarios” (Préstamos para la conservación del patrimonio histórico urbano. Desafíos y oportunidades. Eduardo Rojas y Claudio de Moura Castro. Washington, D.C. Agosto de 1999, cuadro 4, pag.12).

El convento, sus ruinas

El informe citado data de hace casi un cuarto de siglo. Hoy día, parte del fondo patrimonial dominicano se encuentra en estado de peligro, por no decir, deplorable. República Dominicana es mucho más que la Ciudad Colonial. En Santiago, por ejemplo, muchas casas victorianas están en casi estado de colapso, otras dejaron de existir. Al norte en La Isabela, el lugar donde desembarcó el Almirante y estableció el primer caserío del Nuevo Mundo fue el objeto de los deseos de recate por parte del ex ministro de Cultura Eduardo Selman. Poco pudo hacer, al menos llamó la atención. ¿Existe algún proyecto hoy día tendiente a rescatar un sitio que sería de indiscutible interés turístico cultural?

¿Alguien conoce cuál es el estado de conservación de la primera capilla, la que se encuentra en los terrenos de Molinos Modernos, lugar sin acceso público? ¿Es lógico que siga sin acceso público?
Ahora mismo otro sitio en peligro es el Museo de las Casas Reales. Su intervención por constructores que no aplicaron las debidas medidas de construcción -según se ha sabido- ha dado al traste con el material original del techo y parece que se ha afectado seriamente la parte del salón donde se encontró el primer Tribunal del Nuevo Mundo. Insólitamente Casas Reales fue sacado del plan de restauración respaldado por el BID. ¿Alguien podría explicar por qué?

Un objetivo que sí se mantuvo fue el de las ruinas del Convento de San Francisco, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El convento, sus ruinas

En 2015 se rechazó un revolucionario proyecto arquitectónico del Premio Príncipe de Asturias 2012 Rafael Moneo que salvaba las ruinas del Convento de San Francisco y ponía en explotación el sitio. Ahora el Programa de Revitalización de Ciudad Colonial ha dado inicio a obras de protección temporal de las ruinas. Esto se ha informado, consultado y consesuado con la comunidad, comerciantes, artistas y religiosos en varias ocasiones. El objetivo es preservar la integridad arquitectónica y proporcionar resistencia a las ruinas del convento, prevenir el riesgo de un colapso ante un desastre natural, detener el deterioro, la inestabilidad y la pérdida gradual de las estructuras de este monumento, causados por el paso del tiempo, los desastres naturales y el desuso, asegura una nota.

Pregunta: ¿no incluye las ruinas del hospital San Nicolás de Bari?

Estudio y ejecución

La constancia del estado del convento, se evidencia en el Análisis de la Integridad Estructural de las Ruinas del Monasterio San Francisco, realizado por el equipo liderado por la experta francesa, Laure Marieu, entregado en enero de 2020. Los receptores fueron los ministerios de Turismo y de Cultura y el BID.

Se lleva a cabo en el marco de un contrato de préstamo por 90 millones de dólares, suscrito entre el Estado dominicano y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El préstamo es ejecutado por el Ministerio de Turismo, a través de la Unidad Coordinadora del Programa (UCP), y en coordinación con el Ministerio de Cultura (MINC) y la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN).

¿Qué tipo de trabajo se hará en el convento?

Se construirá una estructura temporal de madera para aportar estabilidad y firmeza a las ruinas del monumento. Se empleará madera tratada de alta resistencia y durabilidad para sostener sus debilitados muros, los contrafuertes y bóvedas, protegiéndolos de posibles derrumbes que pudieran provocar fenómenos atmosféricos y telúricos. Se agregará placas de acero para las uniones de las piezas de madera y barras de carbono como pasantes y refuerzo. Se tratará de detener la degradación de muros, juntas y techos.

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