Una de las cosas maravillosas de la fe es que nos revela la frondosa, profunda e inagotable paternidad de Dios, quien nos ama tanto, porque lo hace por medio de su hijo amado, Jesucristo; es así como tus mejores amigos incorporan a tus recién nacidos en el corazón. Es suficiente saber que son tuyos; no hicieron nada para ser amados, y algunos con los años hacen cosas imperdonables para que dejemos de amarlos pero sin éxito, excepto que nos sacrifiquemos más por verlos llegar maduros a la meta.
Los padres nunca terminamos, y cuando así parece entonces pasamos a ser abuelos… Pero sepamos ésto, Dios no tiene nietos, todo lo que tiene es para sus hijos ¡y por eso siempre te dará más de lo que mereces!