Entre los artículos publicados durante la ocupación norteamericana de nuestra patria durante el año de 1965, del Dr. Alcides García Lluberes, hay uno titulado “El día histórico 30 de julio de 1899” que recoge comentarios en torno al magnicidio de Ulises Heureaux, emitidos en esa fecha por Federico Enríquez y Carbajal (sic), publicados en la revista quincenal Letras y Ciencias que dirigía éste junto a su hermano Francisco, y que copio en su totalidad a continuación.
“Necrología Ilustre. Ulises Heureaux. Presidente que fue de la República Dominicana. El General Heureaux procedía de la bizarra oficialidad puertoplateña que, a las órdenes del General Luperón, se distinguió en la guerra de la Restauración”, añadiendo este comentario: ´Dice Gregorio Luperón en las páginas 385 y 186 del tercer volumen de sus Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos, respecto de Ulises Heureaux como restaurador: Heureaux nació en Puerto Plata, creció en medio de nuestra mejor sociedad; adquirió la instrucción que se podía dar entonces en aquella ciudad, y muy joven, a los quince años, sobre poco más o menos, cuando el memorable movimiento del 16 de agosto de 1863, se lanzó con valor y entusiasmo a la lucha por la independencia de su Patria contra la funesta dominación española´.
“Delegado del Ejecutivo en las provincias del Cibao de 1878 a 1879, y del Gobierno Provisional, en las provincias del Sur, en 1880, fue Ministro de lo Interior y Presidente del Consejo de Ministros en la Administración Meriño. De ahí data su preponderancia y su permanencia insólita, por la eficacia de una actividad y una consagración sin ejemplo y merced a los múltiples elementos allegados o creados por él, en pro del servicio complejo de una política virtualmente suya y para la cual poseía dotes singulares, en lo alto del poder cuasi omnímodo y al frente de los destinos del país durante cuatro lustros. Entre las dotes de su carácter sobresalía su despreocupación en medio de los más grandes problemas de gobierno. El General Heureaux se ocupaba siempre, nunca se preocupaba. De ahí su serenidad y su energía en los conflictos. De ahí su fuerza… Así, sin arredrarse jamás ante las responsabilidades inherentes al prolongado ejercicio del poder, ocupó la primera magistratura ejecutiva del Estado en seis periodos constitucionales, distribuidos en este orden:´1º Bienio de 1882 a 1884.´ 2º Id. de 1887 a 1889.´ 3º Id. de 1889 a 1891.´ 4º Id. de 1891 a 1893.´ 5º Cuatrienio de 1893 a 1897.´ 6º Id. de 1897 a 1901.´
Comenta Luperón: ´«Fue uno de los más valientes guerrilleros de la compañía del valiente Capitán Severo Gómez, en Maluis, cuya compañía servía de exploradora y de vanguardia en el sitio heroico que con sublime bravura sostuvieron dos años contra la Fortaleza. Allí fue herido; y a la conclusión de la guerra, era Alférez de la compañía. Fue uno de los oficiales que el Gral. Pedro G. Martínez, como Ministro del Gobierno de Pimentel, despachó prisionero y amarrado de Puerto Plata para Santiago, únicamente por ser afecto al general Gaspar Polanco».